Lo afirmó Lorena Lautharte, una mujer que a los 50 años descubrió que podía desafiar sus propias fuerzas, hacerse fuerte, capacitarse y crecer y así contó su historia al Proyecto de Mujeres Guacurarí.
«Hacerme fuerte era la única opción, empecé haciendo cursos de masajes despues me fuí perfeccionando con maestrías en masoterapia, en técnicas orientales, drenaje linfático, maderoterapia, Shiatsu, y otras para responder la demanda de la gente. Esto surgió ya de grande porque por problemas familiares nunca pude estudiar más que un ciclo básico. Más tarde mis hijos crecieron, se recibieron y pensé que tenía que hacer algo por mi y para mí, siempre me gustó el trato con las personas necesitadas cómo los adultos mayores que no tienen apoyo y contención».
Esta historia de vida es un ejemplo para tantas otras mujeres que dudan de su capacidad.
«Emprender y hacer algo pensando en mí me impulsó, empecé de cero con nada y después fui teniendo cada vez más pacientes eso es un logro muy grande y me da satisfacción. Ser valorada y reconocida es lo más grande que uno puede esperar, los objetivos y sueños es seguir aprendiendo y creciendo para aplicarlo el día a día. Tuve apoyo de mucha gente, no tenía mucha esperanza de lograr mis metas pero me abrieron puerta y me animaron a seguir siempre.
Agradezco a quienes creyeron en mí y me brindaron su apoyo. «Nunca es tarde para empezar, nunca es tarde para aprender. Dar lo que queremos recibir es la clave».
Silvia Serafín
Proyecto de Mujeres Guacurarí
ANG AGENCIA DE NOTICIAS GUACURARÍ
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