Durante el año de aislamiento, las terapias psicológicas comenzaron a ser online, los niños/as lo hicieron de forma muy natural, pero siempre atentos a la foto de perfil, el estado, y la permanencia en línea o no de su psicóloga, muchas veces mandando mensajes durante la semana, fuera de sesión, que advirtiera de alguna manera que estaban allí, atentos, con la necesidad de que les prestemos atención.
Este año acompañé a niños y niñas en el uso de la tecnología, los motivos de consulta muchas veces estaban relacionados “Mi hija subió un video íntimo a TIK TOK, mi hijo pasa alrededor de 12 horas en la play station, encontré mensajes en el celular de un desconocido, etc. De algún modo las problemáticas son las de siempre: enseñar a limitar el tiempo, enseñarles sobre la intimidad, el respeto, el auto cuidado y sobre todo formarlos/as con una buena autoestima y amor propio.
Un paciente de 8 años, pasaba alrededor de 8 horas diarias solo con dispositivos, empezó a tener la necesidad de que conozca su mundo virtual, a quién seguía, qué escuchaba, a qué jugaba, pero, sobre todo, qué pensaba yo de eso, y si no lo conocía, que investigue, pero que por favor le dé mi opinión.
Aquí la letra de uno de sus cantantes favoritos:
Porque soy hijo ‘e la noche, soy hijo ‘e la noche (noche)
Pienso en droga, plata y puta’, yo no quiero un coche (coche)
Soy hijo ‘e la noche, que maneje ella (ella)
Soy su copiloto, vamo’ de viaje a la’ estrella’
El espacio construido entre nosotros de confianza y respeto, donde podíamos revisar juntos los valores que estas letras transmiten y sobre todo donde podía escucharlo sin juzgar ni sancionar se tornó fundamental, el espacio de escucha respetuosa donde hacer cambios profundos y con sentido.
“Fornite produce en el niño el mismo impacto que la heroína. «Cuando el pequeño juega se siente feliz, piensa que todo es maravilloso, se sumerge en él y solo se siente bien mirando la pantalla y participando en el juego. Pero, en realidad, lo que consigue tras horas de juego es quedarse fuera de la realidad, en un entorno difuso. El niño querrá jugar más para sentirse mejor, ganar en seguridad y confianza y, de esa manera, siente que existe. Sus recursos como persona en desarrollo se limitan», matiza” (Andres Joison, psicólogo)
“Mientras M. de 8 años me explica los personajes de FORNITE y me va “tomando examen” a ver si recuerdo lo que me enseñó, yo le pregunto si sabe lo que significa grooming, y no lo sabe, pero le da curiosidad, cuando se lo explico me cuenta como un chico en el juego mencionado mintió sobre su edad, hizo que le pase su número de teléfono y cuando se dio cuenta que era un adulto se asustó mucho y no supo cómo manejarlo”.
Desde aquí pudimos construir estrategias y generar herramientas psíquicas para futuras situaciones, sin retar, sin enojarse, sin asustarse, ese es el rol de la profesional, generar “ESPACIOS SEGUROS” donde los niños y las niñas puedan compartir como viven el día a día a través de las redes sociales, qué les preocupa y qué no saben manejar, para enseñarles estrategias, que además deberán usar en la cotidianeidad de sus días.
Natalia Pino Roldán, Psicóloga, especialista en Políticas Públicas de niñez y familia.
Fuente: Prisma Digital
#ANGuacurari
Edición: Nahuel Centurión
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