El mes de noviembre dejó un panorama sombrío en la industria argentina, con una sucesión de cierres de plantas, suspensiones y despidos que distintos sectores atribuyen al llamado “efecto motosierra”: la caída del consumo, la apertura importadora y el ajuste en distintas áreas de la economía. A lo largo de las últimas semanas, empresas de rubros tan diversos como electrodomésticos, metalmecánica, textil, alimentos y tecnología anunciaron medidas drásticas para sostener su estructura o directamente cesaron operaciones.
El impacto más reciente se produjo el 26 de noviembre, cuando Whirlpool confirmó el cierre de su planta en Pilar con 220 despidos, el mismo día en que Essen informó 35 desvinculaciones en Venado Tuerto. La semana ya había comenzado con la decisión de Georgalos, que anunció la suspensión de 600 trabajadores en Victoria, mientras que TN Platex dispuso el cierre de un sector en su establecimiento de Monte Caseros, afectando temporalmente a 20 operarios.
La cadena de anuncios continuó con casos de peso industrial. La autopartista Dana, en San Luis, dispuso el cierre de su planta el 20 de noviembre con 50 despidos, en paralelo al cierre de una sucursal de Frávega en Temperley. En La Rioja, Luxo y Vulcalar confirmaron el cierre de plantas con despidos, y en Bahía Blanca la mayorista Yaguar clausuró una de sus sucursales. Antes, el 13 de noviembre, Textilana había suspendido a 175 trabajadores, mientras que La Suipachense, histórica firma láctea de Suipacha, tuvo su quiebra decretada.
La crisis también golpeó a grandes jugadores del sector electrodoméstico y tecnológico. El 6 de noviembre, Electrolux suspendió a 400 trabajadores en Rosario; un día antes, Newsan aplicó 150 despidos en Tierra del Fuego. A esto se sumaron cierres de sucursales de Easy en el Conurbano y nuevos recortes en el sector tech, que incluyeron despidos en Globant, Salesforce y Tienda Nube. Entre fines de octubre y principios de noviembre, Ualá también formalizó más de 100 desvinculaciones, consolidando un retroceso significativo en el ecosistema digital.
Empresarios, sindicatos y analistas coinciden en que la oleada de ajustes responde a un contexto de fuerte caída del mercado interno, encarecimiento del crédito, recorte estatal y una competencia importada que empieza a desplazar producción nacional. Mientras tanto, el Gobierno nacional sostiene que se trata de un reacomodamiento “necesario” para estabilizar la economía y que la recuperación llegará en una segunda etapa. Para miles de trabajadores, sin embargo, noviembre quedará marcado como uno de los meses más duros desde la pandemia.



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