
El acceso al agua potable es una necesidad básica que enfrenta diversos desafíos en nuestra comunidad. La cooperativa encargada del servicio trabaja para asegurar la provisión del recurso, a pesar de las dificultades técnicas, económicas y climáticas.
El sistema de abastecimiento de agua depende en gran medida de la energía eléctrica. Según explicó el Pte. de la COSPAL Carlos Maria Losada, «hoy la factura de agua tiene un componente del 35% del costo energético». Esto se debe a que el bombeo del agua desde la toma hasta la planta potabilizadora y su posterior distribución requieren equipos de alto consumo eléctrico. Durante los períodos de altas temperaturas, el sistema eléctrico se sobrecarga y puede generar cortes que afectan el abastecimiento.
A esto se suma el costo del personal, que representa otro 30% de los gastos de la cooperativa. «Seguimos con la misma cantidad de empleados desde hace años, priorizando el compromiso de nuestra gente y optimizando recursos», destacó el vocero. Además, un 20% de los gastos corresponden a insumos como productos químicos para el tratamiento del agua, que están dolarizados y han sufrido incrementos en los últimos meses.
En respuesta a los problemas de abastecimiento, la cooperativa y la provincia han trabajado en la perforación de nuevos pozos. «En enero, cuando el consumo batió récords, logramos concretar dos perforaciones, una financiada por la provincia y otra con recursos propios», explicaron desde la entidad. Estos pozos permitirán mejorar la disponibilidad de agua en sectores que han experimentado dificultades.
El proceso de potabilización es riguroso. El agua proveniente del acuífero ya posee una calidad elevada, pero siempre se la somete a procesos de cloración para eliminar cualquier riesgo bacteriano. Además, la cooperativa trabaja constantemente en la detección y reparación de cañerías averiadas, ya que las roturas pueden provocar contaminación en la red.
Expansión urbana y el desafío de la provisión
El crecimiento de la ciudad también plantea nuevos desafíos. Cada nuevo barrio o loteo requiere una extensión de las redes de agua y energía. «Los nuevos loteos deben garantizar la factibilidad de los servicios antes de su habilitación», aclararon desde la cooperativa. Esto significa que tanto la infraestructura de cañerías como el sistema de bombeo deben estar previstos en el proyecto inicial, evitando así problemas futuros.
Uno de los casos más complejos ha sido el barrio Quintón, donde la falta de infraestructura inicial ha dificultado la provisión de agua potable. «Es un barrio que no cuenta con red propia de agua. A lo largo de los años, se han implementado soluciones parciales, como pozos perforados comunitarios, pero la situación sigue siendo desafiante», explicaron.
Desde la cooperativa hicieron un llamado a la población para utilizar los canales oficiales de comunicación en caso de inconvenientes con el suministro. «Es clave que los vecinos reporten los problemas a través del WhatsApp oficial que figura en la boleta del servicio. Esto nos permite actuar con rapidez y evitar la propagación de información errónea en redes sociales», señalaron.
En un contexto económico desafiante y con un clima que pone a prueba la infraestructura, la cooperativa sigue trabajando en la optimización de los recursos para garantizar el acceso al agua potable, un bien esencial para la comunidad.
Fernando Pereyra
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ANG-AGENCIA DE NOTICIAS GUACURARI
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