María Soledad Bonorino, directora de cultura de Apóstoles, compartió detalles sobre el reconocimiento ‘Andresito’ a María Holovaty, destacada por su trayectoria y contribución a su comunidad.
La directora de cultura del municipio de Apóstoles, María Soledad Bonorino, dialogó con Mujeres Guacurarí en Acción sobre el reciente reconocimiento a Doña María Holovaty, la mujer más longeva de Apóstoles.
«Doña María Holovaty de Grabobiezky nos regala más de un siglo de ejemplos de trabajo, compromiso, honestidad, respeto y solidaridad, pero fundamentalmente de buena persona, valores dignos de imitar», expresó Bonorino. «El 26 de junio del corriente año, el Honorable Concejo Deliberante de nuestra ciudad por Ordenanza 29/2024 le ha otorgado la distinción Andresito 2024 en el Rubro Trayectoria de Vida. Lamentablemente, al día siguiente – 27 de junio – Doña María, incansable pionera, ejemplo de vida y trabajo, partió a los brazos del Señor. Sin embargo, el merecido reconocimiento realizado en vida es vigente, loable y digno».
«Hija de Don Pedro Holovaty y Catalina Skuarek, María Holovaty nació un 30 de mayo de 1922. Tuvo una niñez sencilla en la chacra junto a sus hermanos, matizada entre juegos, estudios y compromisos en las labores familiares. La escuela pública de Tres Capones fue una de sus grandes pasiones, donde cursó hasta el 4to grado».
Formó una maravillosa familia: «A los 18 años, María conoció a Don Miguel Grabobiezky, con quien se casó y se mudó inmediatamente a Apóstoles.
Fruto de este matrimonio, nacieron 4 hijos: Roberto, Ángel, Licha y Mercedes. Además, la vida le regaló 11 nietos, 14 bisnietos y 2 tataranietos. Sin duda, Doña María personifica el estereotipo de la mujer inmigrante eslava: trabajadora, solidaria, sacrificada, asumiendo responsabilidades junto al jefe de hogar, apoyando a su familia y comunidad en cada paso».
«Inquieta y joven, en su afán de progresar, María realizó cursos de Corte y Confección por correo en 1945, oficio que desempeñó con esmero y profesionalismo durante casi toda su vida. Además, se destacó como peluquera y repostera, actividades reconocidas en la sociedad apostoleña y la región».
«Finalmente, María continuó brindando servicios y excelente atención a través del alquiler de mantelería y cubiertos para fiestas. Todo este esfuerzo no le impidió ser una excelente defensora de sus raíces ucranianas, participando activamente en el Rito Bizantino, enseñando bordado en punto cruz y cocinando platos tradicionales. Su hogar fue refugio para muchos visitantes en busca de contención y refugio».
Para concluir, Bonorino destacó la importancia de este reconocimiento a una mujer que enseñó «a luchar, emprender, disfrutar, proteger y valorar nuestras raíces».
Cecilia Cabral, Apóstoles
AGENCIA DE NOTICIAS GUACURARÍ
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