Paralelamente al trabajo de obras de infraestructura para mejorar y dignificar el hábitat
de las familias que vivían en situación de extrema vulnerabilidad en asentamientos de la
ciudad de Posadas, el Estado provincial a través del Instituto Provincial de Desarrollo
Habitacional (IPRODHA) coordinó y bajó en las Chacras 27 (Parque Adám) y 145
(Chacabuco Y Costanera) programas para exponenciar las potencialidades humanas
productivas/formativas/recreativas de las mujeres, niños y adolescentes de estos barrios.
Al respecto, Lucia Bauman, responsable desde el Instituto del diseño y canalización de
las acciones gubernamentales integrales, comentó que “hace aproximadamente dos
años la provincia firma convenios con la Secretaría de Vivienda y Hábitat de Nación para
la regularización y urbanización de las chacras 27 (Hipólito Irigoyen) y 145 (Itá Verá). En
el marco del programa ‘37 acciones para la provisión de tierras para el hábitat social’ se
contempla la posibilidad de ejecutar en paralelo a las obras de infraestructura básica un
proyecto de actividades comunitarias y de Desarrollo Humano”.
*Los módulos propuestos para promover acciones para el desarrollo humano fueron:
empleabilidad, mujer y hábitat (talleres de capacitación en cocina y nutrición,
manualidades y reciclaje, albañilería, electricidad, corte y confección y operador de PC),
educativo (dos veces por semana se realizaban en las instalaciones del SUM apoyo
escolar para aquellos niños y adolescentes que manifestaban dificultades en su
desempeño escolar) y deportivo (se contrataron profesores de educación física quienes
dos veces semanales, con una carga horaria de cuatro horas, desarrollaron con niños,
adolescentes y mujeres diversas actividades físicas, entre ellas, fútbol, vóley, básquet,
actividades aeróbicas, entre otras). Los mismos tuvieron una duración de 12 meses
consecutivos, con una carga horaria semanal de cuatro horas. Para la ejecución de los
talleres se procedió a la compra de todo el equipamiento necesario como máquinas
de coser, computadoras, útiles, libros, impresoras, cocina, heladera, utensilios de cocina,
mobiliario en general, insumos necesarios y al pago de los honorarios de los docentes a
cargo del dictado. También se construyó un Salón de Usos Múltiples en cada una de las
chacras para que puedan funcionar los talleres.
Todas las actividades fueron programadas por 12 meses, cumplido el tiempo y las
expectativas proyectadas, esta semana sirvió de marco para dar por concluida las tareas
y cerrar el año con la entrega de certificaciones. Mirta Agueda Insfrand de la Chacra 27,
resumió el ánimo de sus pares con “estamos muy contentas, por todo lo aprendido…me
sirvió mucho, todos los trabajos que hicimos fueron hermosos. Ahora tengo pedido, ayer
hice una entrega de tres cajoncitos pintados, todo lo que hago vendo y la gente me sigue
encargando. Me di cuenta que me gusta todo lo que es reciclado…el primer trabajo que
hice me acuerdo que no quería vender, mezquinaba, igual termine vendiendo…Ahí te
das cuentas que podés hacer mucho más”, compartió la mujer de la Chacra 27, que
coincidió con la mayoría de las vecinas presentes en que aprender y entrar a producir
les generó un sentimiento de validez, de descubrir que tenían la creatividad y capacidad
de hacer por cuentas propias artículos hasta ese momento impensables.
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