
“Una señora se largó a llorar. Estaba muy emocionada porque estábamos ahí, en su barrio, atendiendo a los niños, a los abuelos”. La escena ocurrió en el operativo de salud de médicos autoconvocados donde el joven residente Lucas Ruloff dijo presente. Pero no es una excepción. Con cada visita, lo humano se abre paso, sin guardapolvos blancos que lo tapen.
Lucas es médico residente de oftalmología en el Hospital Madariaga, pero su vocación no cabe en un consultorio. Desde fines de 2021 empezó, de forma individual, a atender en barrios humildes de Leandro N. Alem, al notar que muchas personas quedaban fuera del sistema de salud por motivos económicos, geográficos o burocráticos. “Quería llevar atención médica primaria donde más se necesita. Y sobre todo, escuchar al vecino”, explicó a ANG.
Hoy forma parte de algo colectivo. Trabaja junto a médicos clínicos, pediatras, ginecólogos, kinesiólogos, nutricionistas y enfermeros. También se suman peluqueros y barberos. En cada operativo, no solo se hacen consultas médicas: se entregan medicamentos y, próximamente, lentes. “Vamos al barrio, atendemos y damos una solución: el medicamento, el anteojo. Eso la gente lo valora muchísimo. Sienten contención, confianza”, relata.
La iniciativa fue impulsada también por el doctor Oscar Alarcón, pediatra del Hospital Madariaga y exministro de Salud. El respaldo de figuras como él, junto a Oscar Herrera Ahuad y Martín Cesino, le da al equipo un respaldo institucional sin perder el espíritu comunitario. “Nos sentimos muy contenidos por ellos, porque no solo apoyan, sino que están con nosotros en territorio, bajan al barrio, escuchan. Y eso la gente lo ve, lo abraza, lo agradece”, destaca Ruloff.
Más que un operativo, es una militancia. “Esto no intenta reemplazar al sistema de salud, sino complementarlo. Somos un puente. Si vemos un caso complejo, lo derivamos. Pero antes que nada, escuchamos. Porque en esa escucha también se cura”, afirma.
La convocatoria está abierta. En su último reel de su perfil de instagram Lucas hizo una invitación a sumarse. “No solo buscamos médicos o enfermeros. Pueden ser estudiantes, peluqueros, vecinos con vocación social, con sensibilidad. Gente con ganas de estar donde más se necesita”, expresa.
El desafío es doble: llegar a más barrios y sostener la continuidad. Mientras tanto, el equipo sigue caminando, curando, abrazando. Y devolviéndole la mirada —con o sin anteojos— a una comunidad que hoy se siente abrazada.
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