El Hiper Libertad de Posadas, durante años símbolo del consumo masivo en Misiones, atraviesa una profunda reestructuración que refleja el deterioro del comercio local frente a la recesión económica nacional. La caída del consumo, la pérdida del poder adquisitivo y los efectos de las medidas impulsadas por el Gobierno de Javier Milei —devaluación, suba de tarifas y combustibles, y ajuste fiscal— generaron un escenario crítico que llevó a la empresa a reducir personal y cambiar de formato. El local dejará de operar como “Hipermercado Libertad” para transformarse en “Supermercado Libertad”, con menor superficie, menos secciones y unos sesenta empleados, mientras el resto del predio se destinará a alquileres comerciales.
“Hay retiro voluntario en el Hiper. Le están dando la posibilidad a los compañeros que deciden irse. Hay baja venta como en todos lados, está complicado; al Hiper también le está pegando esta recesión”, explicó Agustín Gómez, secretario gremial del Centro de Empleados de Comercio (CEC). Hasta el momento, unas veinte personas aceptaron el retiro voluntario, aunque se espera que el número aumente. La decisión busca adecuarse a un contexto de ventas en caída constante y costos fijos cada vez más difíciles de sostener.
El cambio de formato en el Libertad es un síntoma visible del impacto que tuvo la recesión en el consumo masivo. Desde la devaluación de diciembre de 2023, los precios locales dejaron de ser competitivos frente a Paraguay y Brasil, reduciendo el flujo de compradores fronterizos. “Antes los fines de semana venían familias enteras desde Encarnación. Hoy cruzan menos y, cuando vienen, solo miran precios”, contó un empleado con más de diez años de antigüedad.
El caso del Hiper no es aislado. Desde comienzos de 2024, se multiplican en Posadas los casos de despidos, suspensiones y cierres de locales de todos los tamaños y rubros. El ajuste económico y la pérdida del poder de compra de los trabajadores generaron una crisis generalizada. “En el comercio en general está habiendo achique de personal. Ante cualquier situación directamente despiden”, advirtió Gómez.
Entre los casos recientes se encuentra un conocido comercio de artículos para el hogar y regalos ubicado sobre la calle Córdoba, que despidió a diez empleados. También una tradicional mueblería de la avenida Corrientes redujo su plantilla, mientras un frigorífico de la zona de la ruta 12 (Quaranta) aplicó medidas similares. Además, una reconocida cadena de supermercados reemplazó personal efectivo y agremiado por cooperativistas sin convenio mercantil, a los que les paga alrededor de un tercio del salario previsto en el convenio colectivo de comercio.
Los cierres de locales también se multiplican. Una empresa nacional de venta de muebles, con sede en Rosario, bajó la persiana de su sucursal sobre la avenida Uruguay y Trincheras, dejando a cuatro trabajadores sin empleo ni liquidación. En tanto, una conocida casa de colchones y una tradicional tienda de bebidas y hielo de la misma avenida enfrentan atrasos salariales y una fuerte retracción en la demanda. “Hay un parate total en los pedidos”, reconocen los mayoristas.
La pérdida del turismo de compras fue otro golpe decisivo. El encarecimiento de los precios locales tras la devaluación eliminó la ventaja frente a Encarnación y Foz de Iguazú. “Antes éramos más baratos que Paraguay; ahora ellos tienen mejores precios y los locales están vacíos”, resumieron comerciantes del microcentro.
El panorama urbano es el reflejo de la crisis: locales cerrados, carteles de “se alquila” y calles cada vez más vacías. El comercio posadeño, principal generador de empleo privado en la ciudad, atraviesa una recesión profunda sin señales de recuperación. El achique del Hiper Libertad, que alguna vez simbolizó el auge del consumo, se convirtió en el emblema de una época marcada por despidos, cierres y la paradoja de una economía que en nombre de la “libertad” deja cada vez menos espacio para vivir de ella.
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