
En una entrevista para el proyecto Mujeres en Acción Guacurarí, conversamos con Carmen Antúnez de Olivera, una mujer luchadora y emprendedora oriunda del paraje Cerro Moreno, sobre la Ruta 220 en Salto Encantado. Con humildad y orgullo, compartió su historia de vida y el camino que la llevó a convertirse en una reconocida feriante de la zona.
“Soy hija de productores”, “Mis padres trabajaban en la chacra, se dedicaban al tabaco, al té y a la yerba. Éramos cuatro mi papá, mi mamá, un hermano y yo. Siempre estuve con ellos. Yo ayudaba en la casa, iba a la escuela, pero también aprendía lo que hacían en la chacra plantar, limpiar, cosechar. En ese tiempo también juntábamos tung, las pepitas en bolsas, que después vendíamos. Hoy ya no hay más ”.
A los 18 años, Carmen se casó con un joven productor. Juntos formaron una familia con tres hijos y siguieron trabajando en la tierra. “Cosechabamos tabaco, yerba, teníamos animales , huerta, y también criabamos a los chicos”. Con el paso del tiempo, los hijos crecieron y comenzaron el secundario y la formación terciaria. Fue entonces cuando Carmen, con más tiempo para sí misma, se animó a dar un paso distinto.

“Me involucré en la feria franca gracias a mi amiga Ramona. Ella iba sola a la feria de Oberá y me invitó a acompañarla. Al principio llevé algunas bandejas de galletitas, y después me anoté. Me recibieron muy bien, mis compañeros me asesoraron mucho y tomé varias capacitaciones. Así comencé con más productos, galletitas de distintos sabores, frutas, y algo de verdura. Todo lo que podía producir en casa”.
Hoy, Carmen elabora una gran variedad de productos bajo la marca «Artesanales Carmen». “Tengo mi cocina de trabajo en casa. Dos o tres días a la semana preparo diferentes cosas ,un día hago mermeladas, otro día pickles; los jueves preparo masas secas, galletitas y alfajores; los viernes, panificados con levadura, como panes, pan dulce y budines”.
La feria franca representa mucho más que una fuente de ingresos para ella. “Es una gran ayuda para la canasta familiar y algo más. Pero además, es un espacio de comunicación, de contacto con otras personas. Me gusta mucho hablar con los clientes, contarles cómo elaboro los productos y también escucharlos, porque muchos piden productos más naturales. Así, entre charlas, vamos mejorando”.

Para Carmen, la feria es también un motor de desarrollo local. “Atrae visitantes y compradores de la zona, lo que puede aumentar la actividad económica de la comunidad”.
Con el corazón lleno de gratitud y entusiasmo, deja un mensaje para otras mujeres: “A toda mujer que quiera emprender, le digo que se anime, que se acerque, que la vamos a asesorar y ayudar, como también nos ayudaron a nosotras. Para mí, además de que me encanta vender y conocer personas lindas, la feria es mi cable a tierra”.
Así se expresa Carmen Antúnez de Olivera, una productora, feriante de Salto Encantado que, con esfuerzo y pasión, construye día a día una vida digna y solidaria, y alienta a otras mujeres a seguir su camino.

Sandra Krzcezkowski – Radio Del Mercosur 93.7 – Campo Viera
Proyecto Mujeres Guacurarí En Acción
AGENCIA DE NOTICIAS GUACURARÍ
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