En una nueva emisión de Puentes Literarios, la escritora Norma del Valle Varela, de la ciudad de Leandro N. Alem, hizo eco de la historia de su vida como escritora. Quien además es psicóloga, pintora, teatrera y directora del Hogar de Adultos Mayores Carmelina dependiente del Samic Alem.
«A mí siempre me gusto escribir desde chica», recordó Norma. Siempre se encontraba participando en distintos grupos, donde llegó a tener la posibilidad de publicar sus obras. Y hoy en Misiones pudo conectar con mucha gente que estaba en la misma sintonía y la ayudaron crecer. «Me enseñaron mucho y ahora estoy en la etapa de devolver un poco a la gente joven lo que recibí», expresó la autora.
La escritora Norma Del Valle Varela forma parte de Asociación Literaria Alem, grupo al que lo califica como «fantástico, porque se da un intercambio generacional muy intenso. Lo que nosotros pretendemos es sembrar, no que quede como una cosa selecta de exquisitos encerrados, sino que la literatura tenga el sentido de hacer pensar que es lo que hace falta en esta época».
«Yo estoy convencida que los dones que uno recibe hay que hacerlos circular, sino es como el agua estancada, se pudre. Si tienes un don, tenés que hacerlo, transmitirlo a otras personas, y eso es muy placentero», expresó.
Norma aparte de ser escritora es psicóloga, pintora y teatrera. Además sabe cómo combinar sus grandes facetas con aquello que a un escritor le es indispensable, la inspiración. «Surge en forma muy espontánea, una frase o una palabra. Un disparador y ya vas armando la composición. A mí me gusta mucho la cuestión teatral, es decir, cuando escucho un dicho, una situación, lo empiezo solo. Es una cosa muy rara esto de la creación, porque como que es un automático, no pasa por la parte consciente, sino que viene como por otro lado y de golpe por decir, yo escribí esto, no sé de dónde salió. Lo que pasa es que hay que tener los canales abiertos y saber escuchar, el saber mirar, el estar atento a cuando viene esa cosita que se llama inspiración que pasa y hay que tener rápido una birome y una hojita a mano para anotar; generalmente en mi caso los disparadores son frases o actitudes».
Asimismo, comentó que, «la última obra de teatro que presentamos Festival del Nea de Resistencia figura tres oraciones que me dijeron mis nietos. Entonces, fueron tan fuertes, que con eso arme toda la la obra teatral. Una de ellas fue, por ejemplo, mi nieta mayor, me dice abuela. ¿Cuántos años calculas que te quedan de vida? y la otra me dice ¿Cuándo te mueras que me vas a dejar? segundo párrafo y el último que dice para mí la muerte es imposible, abuela, vas a vivir siempre. Ya tenés armado el combo, se ponen una florcita y tenés la obra teatral que la llame «Mi amiga usa zapatos cómodos» por decir que la muerte camina a tu lado y le da sentido a la vida. Es muy mágico, es un mimo cerebral».
«El teatro es un área muy integral porque va a lo corporal, va a lo grupal y al éxito porque tenés un público que te aplaude. A veces los escritores trabajamos muy en silencio. En cambio, en el teatro está el retorno del abucheo o del aplauso del público. Es un desnudarse frente a la gente», aseguró.
Sobre géneros favoritos Norma se aboca a todos. «A veces puede ser una poesía o una copita dominguera. Puede ser una obra de teatro también. Pero en este momento estoy trabajando en la edición de un segundo libro de obra de teatro que se llama Cara y Seca, porque nuestro Grupo se llama Cara y seca. Y lo que encuentro con mucho placer en el teatro es que implica tener un grupo que cristaliza tus ideas. Es un proceso muy hermoso. También me gusta mucho escribir cuentos, novelas. Escribí una linda novela, pero corta, es como que lo muy largo no es lo mío. Los cuentos sí me gustan porque se resuelven en una vuelta de golpe y se impacta de sorpresas del final. Me encanta como género».
Cabe destacar que la literata tiene 13 libros publicados de su autoría y d varias antologías compartidas con otros escritores. Actualmente se encuentra por su obra número 14 que será publicada en el mes de noviembre.
Y si de etapas se trata, Norma es directora del Hogar de Adultos Mayores Carmelina dependiente del Samic Alem. Despertó su creatividad en el momento en que se jubiló. «Porque te liberas de la parte de responsabilidad laboral, sigo trabajando, pero ya desde lo que yo elegí, estoy como directora de un hogar de adultos mayores y eso es una un desafío cotidiano. Trabajar acá es una puesta a que la vida vale la pena ser vivida, aunque tenga muchos años».
«Escribir para mí es respirar. Amo las palabras y las siento en la boca como con un gustito dulce de leche. Es un deleite muy primitivo, muy oral. Las palabras tienen tanta fuerza, con una palabra vos podés elevar a una persona al séptimo cielo. O la puedes hundir en el peor de los infiernos. Por eso apunto tanto a la educación positiva. Cuando a un chico se le dice vos podes, dale si»… esas palabras crecen. Y cuando les decís burro está marcando una vida de fracasos con una palabra. Asique tenemos que cuidar mucho las palabras porque son un tesoro y también son un arma de doble filo».
Por otro lado, Norma describió a la literatura misionera como «apasionante, única, y una meta que no hay en ninguna otra provincia. Porque acá tenemos la magia de la selva y el canto del río, y tenemos una fauna y una vegetación única en el país. Vivir acá un poco con más belleza que vivir en macondo es mágico. Las cosas que pasan, la mezcla cultural, la frontera. Tantas cosas que hay acá, que no hay ningún otro lado. Esa mezcla idiomática, mezcla de colores de piel, de ideologías y convivir en paz es único. Misiones da para mucha literatura. Hay mucha gente hermosa trabajando y hay, sobre todo, mucha apertura y generosidad intelectual. Es una tierra realmente creativa y me gusta mucho porque hay generaciones jóvenes que se están poniendo en fila y vamos por más».
«Entonces hay que apuntar a las generaciones nuevas. Ellos están ávidos de recibir, pero hay que hacerle entender que el libro no es un objeto de lujo ni un objeto de viejos, sino que tiene tesoros interiores que ellos tienen que transitar y descubrir».
Norma Del Valle Varela hizo mención de dos premios que resultan importantes en su trayectoria como escritora. El primero El libro de Oro de las Aves en Iguazú en el año 97. «Fue como un disparador para este compromiso social». Y el segundo por parte de la Cámara de Representantes una distinción por la trayectoria de sus actividades. «A margen que todos los premios para mis han sido muy valiosos, no desde el punto de vista del ego sino como un compromiso social que te lleva a ponerte las botas como volver y caminar. La ruta de las letras y todo, no es una cosa casual que yo escribo porque tengo una inspiración de amor, sino que es un compromiso social que tiene que usar la palabra para que la realidad de nuestra provincia sea mejor».
El hecho de dar, porque cuando vos más DAS más recibes. El poder de la palabra, el que tiene la palabra tiene el poder y actualmente estamos bastantes escasos de palabras. Y hay palabras tan bonitas que hay que desempolvarlas y ponerlas de nuevo en uso porque envejecen el diálogo y la comunicación y hacen que podamos hacer entre todos un mundo mejor. Si nos comunicamos podemos entendernos… Norma del Valle Varela.
Mechy Ramirez – Puentes Literarios
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