La Capilla San Roque fue una de esas tantas capillas que surgieron al impulso de la colonización agrícola y de una notable generación de sacerdotes pioneros. Surgió a principios del siglo XX cuando la zona eran un emporio tabacalero. Centenares de agricultores plantadores de tabaco se habían instalado en la Colonia Santa María y en el paraje La Corita.
Se convirtió en el centro de asistencia religiosa y espiritual para los pobladores de la región. Celebraciones litúrgicas, casamientos, bautismos, lugar de consejos, encuentros sociales y comunitarios, gran parte de la vida de la población en la primeras décadas del siglo XX transcurrió en ese sitios y entre esos muros que hoy amenazan con derrumbarse definitivamente.
Cuando el cultivo del tabaco perdió su rentabilidad en la zona, sobrevino un paulatino despoblamiento y la Capilla San Roque fue perdiendo su feligresía hasta quedar abandonada definitivamente.
Hoy se la puede ver todavía en ruinas a la vera de la ruta 2, en lo alto de una pintoresca loma y cercana al abandonado arco de acceso a la tabacalera «43».
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Esteban Snihur (Historiador y docente misionero)
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