Un sacerdote comprometido con las causas sociales que hizo de la música y la poesía, las herramientas para construir una obra que trasciende tiempos y fronteras.
Hoy lunes 16 de agosto se cumple el primer aniversario del fallecimiento de Julián Gerónimo Zini, el Pai. Sacerdote, poeta, investigador, músico. En todas sus dimensiones, que en definitiva confluyeron siempre en un solo mensaje, el padre Zini supo edificar una obra extensa y profunda, en la cual el amor hacia la humanidad pareciera ser el tronco firme sobre el cual se enramaba y bajo el cual enraizaba su narrativa. Su deceso caló hondo tanto en el ámbito de la cultura (especialmente en el universo del chamamé) como en el seno de la religiosidad. Días previos a su partida, durante su internación en el Hospital José Ramón Vidal, las muestras de afecto y solidaridad se multiplicaron de a miles. Fieles, amantes de la música, personalidades del folklore, ciudadanos «de a pie» y referentes religiosos de distintos credos, se unieron en un solo clamor por la salud del Pai, quien llevaba un tiempo atravesando por una afección oncológica. Incluso, hasta el exitoso entrenador de fútbol Marcelo Bielsa, hizo llegar en aquel momento, a través de un video desde Inglaterra, un conmovedor mensaje «de energías y fuerzas» para Zini.
Del pueblo
El propio Julián, en una de sus últimas intervenciones en redes sociales, a finales del mes de julio, envió un mensaje alentador al decir que se encontraba mejor y esperaba ansioso el momento del alta para continuar con el tratamiento en su hogar. «Quiero agradecer las muestras de cariño y afecto en estos días. Llegando el 1 de agosto quisiera pedirles que sigamos realizando la costumbre, tan nuestra, de compartir la caña con ruda para ahuyentar los males del cuerpo y el alma, pero esta vez desde nuestras casas. Pido sus oraciones por todos los enfermos y necesitados en esta pandemia» expresaba aquel mensaje, que cerraba con un agradecimiento a los trabajadores del nosocomio donde pasó sus últimos días.
A un año de aquel adiós, su pueblo preparó diversos homenajes que se cristalizarán en la ciudad de Mercedes, cuna del sacerdote chamamecero (que había nacido en el Paraje Centinela un 28 de septiembre de 1939), quien tuvo su última experiencia eclesiástica en la comunidad de San Cayetano. Había sido ordenado sacerdote el 15 de diciembre de 1963 y en su labor pastoral fue párroco en las ciudades de Mercedes, Curuzú Cuatiá y Goya. En el último tiempo, fue vicario episcopal para la Cultura del obispado de Goya, con destino en la parroquia Nuestra Señora de Itatí, de Mercedes.
La trayectoria religiosa del padre Zini estuvo fuertemente orientada a la doctrina social. Tanto es así que formó parte del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, corriente fundada en 1967 dentro de la Iglesia católica argentina, caracterizada por una marcada tendencia política que conllevó a que varios de sus miembros fueran secuestrados, asesinados y en otros casos, forzosamente exiliados. En este sentido, Zini decidió quedarse en el país pese a las reiteradas amenazas que recibió durante la dictadura, debido a su opción por los más pobres.
Música y palabras
Su legado musical y poético es inconmensurable. En el periplo artístico que existe desde que integró el conjunto «Los hijos del Pay Ubre» en la década del 70, hasta sus últimas presentaciones con el grupo Neike Chamigo, se dibujan como huellas imborrables en un sendero amplio de canciones e historias, cientos de composiciones que forman parte de los más encumbrado de la poesía popular.
Además de la música, el Pai Zini plasmó su óptica y sus saberes en varios libros: Camino al chamamé, Ñande roga, El árbol de nuestra identidad, Memoria de la sangre, La pura y limpia Mamá Ama de Itatí, La Cruz Gil, Ñande Rekó, Pueblo Arandú y Chamamé, un modo de ser.
Una de las últimas producciones en torno a su figura, es «Historias del Sembrador», una serie documental de 13 episodios dirigida por el realizador audiovisual Facundo Vallejos Yunes, estrenada este año, y en la cual el Pai se refiere al proceso creativo y la inspiración que envolvió a alguna de sus más importantes canciones.
«Su figura es universal»
Para el ministro de Cultura de la Provincia de Misiones y artista chamamecero, Joselo Schuap, la figura de Julián Zini representa un ícono tanto a nivel cultural como personal. «En el plano personal, lo extraño porque era un referente que periódicamente se comunicaba, tenía una participación firme en redes sociales, que él mismo mantenía y abonaba con sus palabras y definiciones, con su ejemplo. Es mi compadre. Mi hijo mayor se llama Julián por él» indicó Schuap.
En relación al valor cultural de la obra de Zini, el ministro entiende que «nos deja un legado de palabras y un patrimonio que se hace más grande cada día que pasa; todos los mensajes que nos transmitía excedían al universo chamamecero y excedieron incluso los límites de nuestra Patria. Zini está para mí en el renglón de los grandes hombres de la historia de la humanidad por la universalidad de su mensaje, de libertad, defensa del naturaleza, del cuidado y respeto a nuestras tradiciones, y al respetar la tradición respetamos al ser humano que habita en el paisaje., Él era un defensor de quienes viven en el paisaje, lo importante siempre era el ser humano, siempre se acordó del más humilde, basó su arte en ellos, y por todo eso su figura es universal».
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Prensa Ministerio de Cultura Misiones
Edición ANG: Juan Martín Olmedo
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