
En política, pocas cosas son tan necesarias —y tan difíciles de sostener— como el equilibrio entre sensibilidad y firmeza. Sensibilidad para interpretar lo que vive la gente, para no gobernar desde la distancia o la indiferencia. Firmeza para tomar decisiones cuando hay que proteger lo esencial. Entre esas dos dimensiones, muchas veces silenciosas, se juega la coherencia de un proyecto político. Acompañar cuando lo que está en juego mejora la vida del país; y decir que no, con convicción, cuando se avanza sobre lo que un pueblo no está dispuesto a ceder.
Eso fue exactamente lo que ocurrió esta semana en la política misionera, donde el rumbo no se alteró frente al escenario nacional, pero sí se hizo oír con claridad. Desde Oberá, Oscar Herrera Ahuad, actual presidente de la Legislatura y candidato a diputado nacional, tomó la palabra para defender dos pilares básicos: salud y educación. Lo hizo sin estridencias, pero con firmeza. “No me imagino una Misiones sin la UNaM”, dijo, al convocar a los legisladores nacionales a rechazar el veto presidencial que buscaba recortar fondos a universidades y al Hospital Garrahan. La frase no buscó impacto mediático: nació del recorrido, del conocimiento y de la responsabilidad.
Herrera no habló en soledad. Su planteo fue respaldado por los diputados nacionales de la Renovación —Arrúa, Ruíz, Fernández y Vancsik—, quienes acompañaron con su voto la decisión de rechazar los vetos a la ley de financiamiento universitario y la emergencia del Garrahan. El gesto fue valorado por el gobernador Hugo Passalacqua, que también tomó postura con el mismo tono: sin dramatismo, pero con compromiso. Como docente de la UNaM, su mensaje tuvo una carga emocional concreta: no se trataba solo de una votación, sino de defender el acceso a derechos fundamentales para miles de jóvenes y familias.
La decisión no sólo reflejó sensibilidad frente a una amenaza concreta —el recorte de fondos públicos en áreas críticas—, sino también firmeza institucional. Es esa combinación la que permite que un espacio político conserve legitimidad más allá de los cambios coyunturales. La coherencia no es quedarse siempre en el mismo lugar, sino saber moverse sin traicionar principios. Y eso fue lo que se vio: una gestión que responde, que toma postura, que elige cuándo acompañar y cuándo decir que no.
La convergencia entre Herrera y Passalacqua mostró una vez más la coherencia interna del espacio. Uno, reclamando firmeza y compromiso desde su rol de candidato; el otro, marcando la línea de gestión con un tono de cercanía.
En ese equilibrio, Herrera emerge como figura central en la escena nacional desde el proyecto Misionerista. Su trayectoria —como médico, como exgobernador, como exministro de salud— le da espesor a su candidatura. Pero lo que refuerza su perfil en esta etapa es otra cosa: su forma de intervenir con claridad cuando el contexto lo exige. No desde el ruido, sino desde el contenido. “Quiero ser un diputado que defienda a un millón y medio de misioneros”, dijo, y esa frase se enlaza con algo más que una campaña: resume una manera de hacer política.
Sensibilidad y firmeza es representar con coherencia. Escuchar, acompañar y saber decir hasta acá. Es entender lo que vive la gente y actuar con responsabilidad. Es hacer política para la sociedad, no desde arriba, sino al lado. Y cuando hace falta, al frente.

Gestión activa y políticas con sentido para una Misiones en movimiento
En paralelo al debate nacional, la política misionera dejó en claro que la defensa del interés provincial no se limita al Congreso. La gestión del gobernador Hugo Passalacqua se mostró activa, presente y enfocada en soluciones concretas. Entre las medidas más destacadas, se relanzó el programa Ahora Inter PyMEs, destinado a fortalecer el comercio entre empresas locales, y el Ahora Remedios, que ofrece un 15% de reintegro en la compra de medicamentos para jubilados y pensionados. Dos políticas distintas, un mismo objetivo: atender la coyuntura económica con creatividad, sensibilidad social y cercanía con la gente.
La actividad también se trasladó al Mercado Central de Misiones, donde se inauguraron 28 cámaras de frío para productores, una nueva dependencia policial con centro de monitoreo y comenzó la obra de una estación de servicio dentro del predio. “Esto es trabajo de y para los misioneros”, subrayó Passalacqua, destacando el enfoque en producción, seguridad y logística como ejes para potenciar la competitividad regional. La inversión en infraestructura no fue solo material: en Puerto Iguazú, durante las Jornadas Nacionales e Internacionales de Ministerios Públicos, el gobernador defendió la autonomía del Ministerio Público Fiscal incluida en el Presupuesto 2026, afirmando que la “infraestructura de la felicidad” también se construye con instituciones sólidas y confiables.
El plano legislativo acompañó este ritmo de gestión con la sanción de la ley de chacras multiproductivas, una propuesta del ingeniero Carlos Rovira que refuerza la identidad productiva misionera. La norma impulsa la diversificación rural con cultivos tradicionales, sistemas hidropónicos, reducción de agroquímicos y acceso a tecnología e innovación. Incluye asistencia técnica, créditos, provisión de bioinsumos y conectividad satelital. No es una política aislada, sino parte de una estrategia que articula producción, sostenibilidad, educación y ciencia, donde la Biofábrica y las Escuelas de la Familia Agrícola son piezas clave.
En conjunto, la semana evidenció una Renovación cohesionada, que avanza con un pie firme en la gestión provincial y otro en la defensa de los intereses misioneros en el plano nacional. Oscar Herrera Ahuad se consolida como el referente con mayor legitimidad para representar a Misiones en el Congreso; Passalacqua, como un gobernador de presencia concreta, enfocado en los temas que importan; Rovira, con la visión estratégica que traduce futuro en leyes; y Lucas Romero Spinelli, como el rostro joven y experimentado que proyecta continuidad. Un esquema político donde sensibilidad, firmeza, innovación y gestión caminan juntas, sosteniendo un modelo propio que no se deja arrastrar por el vaivén nacional.
Por Fernando Retamozo. Politólogo y Periodista.
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