En una entrevista para Radio del Mercosur y Agencia de Noticias Guacurarí, dialogamos con Franza, presidente de la Asociación de Tareferos y Yerbateros del Alto Uruguay Misionero, quien analizó la difícil situación que atraviesa el sector, especialmente tras los efectos del DNU y el funcionamiento actual del INYM. Con experiencia previa como autoridad dentro del Instituto, Franza brindó un panorama preocupante que golpea de lleno a los pequeños productores.
“La historia de esta semana reafirma el DNU. Desde que salió el DNU 2370, el Instituto sigue de la misma manera. No hay alternativa para discutir ningún número que sirva al productor primario, a las pequeñas empresas, a los secaderos y a los pequeños molineros. Estamos muy preocupados, nunca estuvimos tan preocupados en el Alto Uruguay”, afirmó.
Según explicó, la región está viviendo un momento dramático pese a haber aumentado su producción. Muchos productores invirtieron en nuevas plantaciones de 2, 5, 10 o hasta 15 hectáreas, pero no han cobrado aún la materia prima entregada entre abril, mayo y junio. Tampoco hay un precio mínimo establecido para la próxima cosecha.
Franza destacó que la tradicional “safriña”, que históricamente ayudaba a los pequeños productores a tener un ingreso para las fiestas de fin de año, hoy ya no es una opción válida.
“No recomendamos hacer la safriña. Si no tenemos precio mínimo ni perspectiva de tener el pan dulce para Navidad, es imposible. Antes la safriña siempre nos auxilió, pero hoy no hay alternativa”, expresó.
Consultado sobre la fuerte presencia de yerbas importadas, Franza aclaró.
“Las empresas siempre quisieron traer materia prima de Paraguay y Brasil, pero antes el INYM controlaba y restringía la importación con controles de calidad y obligaciones que estaban en la ley 25.570. Ahora esto ya no existe en la práctica”.
Denunció que en la zona hay una gran cantidad de marcas brasileñas y también argentinas “sin ningún tipo de control”, lo que afecta directamente la competitividad del productor local. Además, explicó que el DNU limitó fuertemente la capacidad del INYM para fiscalizar.
“Pedir fiscalización hoy no sirve. No pueden confiscar, retener, censurar ni incautar ningún producto. Es una locura lo que hizo el presidente para nuestra actividad yerbatera”, sentenció.
Franza lamentó que los pequeños productores ya no tengan un espacio donde elevar sus reclamos.
“Antes uno podía ir al INYM, hacer un piquete, reclamar. Ahora no existe esa posibilidad. No hay alternativas. Las medidas de fuerza no van a cambiar nada”.
Recordó que el gobierno anterior mantenía instancias de diálogo con diversos sectores productivos, pero aseguró que hoy eso está completamente bloqueado.
“Este gobierno aberrante del presidente Milei no censuró, directamente eliminó cualquier posibilidad de reclamo. Hay que acatar todo lo que viene de Nación”.
La situación también afecta a los pequeños secaderos, que no han logrado cobrar la yerba canchada entregada y no cuentan con recursos para iniciar la próxima campaña.
“La mayoría de los secaderos chicos no van a abrir. No tienen condiciones de arrancar la compra porque no cobraron lo que ya produjeron”.
Franza advirtió que los industriales “hicieron y deshicieron” en los últimos años y que ahora, con la liberación total del mercado, muchos actores medianos y pequeños se verán obligados a cerrar.
Finalmente, graficó el nivel de desprotección actual.
“Si hoy me encuentran con un camión cargado sin la estampilla, solo pueden hacer la boleta. No pueden confiscar, no pueden retener la carga.”, explicó.
Para el dirigente, el panorama es alarmante.
“Las familias están pasando necesidades. El pequeño productor hoy estaría esperanzado de sacar algunos gajos para poder comprar el pan dulce, pero esa posibilidad no existe este año”.

Sandra Krzcezkowski
David Viera Núñez
Radio del Mercosur 93.7 AGENCIA DE NOTICIAS GUACURARÍ.



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