Con un gran acompañamiento por parte del público posadeño y esta vez a cielo abierto en una apetecible jornada otoñal, esta nueva edición del Jazz Day se consumó en el parque de Silicon Misiones, en la zona oeste de la capital misionera.
Equidistante de los populosos Itaembé Guazú y Miní, y Villa Cabello, el parquizado junto al edificio de Silicon Misiones albergó una notable jornada jornada artística y de encuentro social.
Aún no había caído el sol cuando la DJ Laura Satoris, inició su set desde el escenario del Camión Cultural, mientras las primeras personas en llegar al festival se acomodaban en sillas y silletas dispuestas sobre el césped, a disfrutar de una velada que terminaría ya en la madrugada. Fue la primera de varias intervenciones de Satoris, quien preparó un tracklist especial para la ocasión, logrando un contraste interesante entre el género convocante y la música electrónica.
La perfomance de esta joven artista, abrió el juego y dejó al público dispuesto para lo que sería la presentación de la primera banda: Kizuko Trío. El grupo repitió la excelente actuación de la edición anterior (en el Centro Cultural Vicente Cidade), esta vez con una apuesta sonora cimentada en un diálogo en el lenguaje de la improvisación, entre sintetizadores comandados por dos grandes músicos como Marcelo Pérez y Gonzalo Bobadilla, intercambio que el baterista Marcelo Mottola contuvo con sapiencia y aportando sus propias pinceladas jazzeras.
Los más de treinta puestos de la feria gastronómica convocada a través de la Cámara de Comercio de la ciudad de Posadas, se tornaron un punto de encuentro inevitable. «Es una noche perfecta, el clima está ideal y la gente con muchas ganas de disfrutar de la música al aire libre. Se está vendiendo muy bien; este tipo de eventos ayudan mucho a los emprendedores» decía Alberto, dueño de una de las marcas de cerveza artesanal más buscadas de la noche.
Itzel Rojas & The Groove Service, celebró sobre el escenario su primer aniversario como banda, en un festival que los vio nacer, y en esta ocasión desplegando un arsenal musical que fue de menor a mayor en intensidad. El conjunto, liderado por la vocalista de 17 años, incluyó en su repertorio el clásico «I Don’t Need No Doctor» (popularizado por Ray Charles) y otras perlas, incorporando además al saxofonista Thomas Rossi, de Puerto Rico, quien le aportó al show luminosos matices.
La velada prosiguió con Unus Mundus Septeto, una banda de reciente conformación cuyo nombre se inspira en un concepto del psiquiatra suizo Carl Jung, y que se subió al escenario del Jazz Day en un momento en el que se encuentra grabando su primer material de estudio. El septeto aprovechó al máximo sus treinta minutos, dejando una muy grata impresión, a partir de melodías y timbres que conjugan estándares tradicionales con logradas búsquedas propias.
Muchas músicas
«Lo interesante de este evento es que se puede disfrutar de propuestas musicales muy distintas entre sí, lo que te da la pauta de la riqueza artística con la que cuenta la provincia. Se escucha buen jazz pero también cosas que van más allá de lo clásicos del género y te muestran otros caminos» señaló Emilce, integrante del público que llegó temprano con su silleta, los suyos y su mate, para disfrutar de los conciertos desde la primera fila.
El prestigioso DJ Tato Piatti dio continuidad a la noche, con una selección que arrancó desde el sonido añejo e inconfundible de ciertas piezas históricas del jazz, trazando un pulso cronológico, partiendo así desde leyendas como Jelly Roll Morton, para terminar con producciones recientes. «Es sorprendente la cantidad de gente que vino, la inspiración de los músicos y el buen nivel del evento. Hoy trabajé con vinilos, que fue el formato a través del cual el jazz se hizo conocido en todo el mundo» indicó Piatti.
Por esas horas, el conductor del evento, Marcos Magaz, daba a conocer que la noticia de la realización del Jazz Day en Posadas, ya había sido retwiteada por la cuenta oficial del International Jazz Day, en vísperas de esta conmemoración alentada por la UNESCO.
«Estamos muy contentos y agradecidos, con el público, que es la parte fundamental de esto; con el ministerio de Cultura y Silicon Misiones por hacerlo posible. Esto comenzó como entrecasa, en bares recónditos, y hoy es una gran fiesta. Hubo una gran evolución del público y hoy vemos niños, jóvenes y adultos mayores disfrutando de nuestros artistas», manifestó uno de los principales hacedores de la versión posadeña del Jazz Day, el músico Diego Bergara, momentos previos al show que brindó junto a la agrupación Quintana Bergara Quintana. El virtuoso trío se lució con diferentes interpretaciones, entre ellas una pieza del emblemático John Coltrane, y la participación especial de Itzel Rojas en la voz, generando un puente entre el pasado glorioso y el presente promisorio del género.
Otra banda que renovó completamente su repertorio para esta ocasión fue Jugo de Tigre, el dúo que integran Darío Vega y Leandro Yahni, quienes contaron en diferentes tramos de su contundente show con la presencia en escena de la rapera Lyn Sista, el hip hopero Kike Moraiz y una formación comprimida de Espiral Afro Percusión.
La cantante Mica Salinas, junto a su banda, participó por segunda vez del Jazz Day. En esta oportunidad, se nutrió de temas de Alicia Keys y Aretha Franklin, entre otras interpretaciones que cobran sentido propio en su maravilloso registro vocal, contenido por un conjunto de notable precisión, que navega entre sonidos propios del funk y el soul.
Avanzaba la noche y al ligero descenso de la temperatura en el oeste, se le hacía frente a pura música. Con esta misión irrumpió en escena Okarajazz, un grupo habitué del Jazz Day, que calentó el ambiente con un manojo de canciones que abrazan el jazz latino, y hacen gala de un autóctono «emboyeré» de influencias estilísticas. Canciones propias e identitarias como «Ribera Mártires», «Prisma, piedra de Wanda» y constantes guiños a la obra de Ramón Ayala, coronaron un show que incluyó una delicada versión de «Chega de saudade», tema popularizado por Antonio Carlos Jobim a finales de la década del cincuenta.
«El jazz es como el chamamé y el blues, es una música que brota de los pueblos» resumió el líder del proyecto Okarajazz, Richard Cantero, al bajar del escenario.
El cierre del festival, estuvo a cargo de Viento Negro del Oeste, un conjunto instrumental con cuatro vientos al frente surgido del tradicional barrio de Villa Cabello, que puso al público a bailar ya pasada la medianoche la madrugada, con una tremenda andanada de ska y rocksteady, que abarcó una versión movediza de «Take Five (Paul Desmond) y un final feliz con la frenética «Police woman», popularizada en Argentina por la banda Dancing Mood.
De este modo, Posadas volvió a sumarse a la movida mundial del Jazz Day, proponiendo esta vez un contexto diferente y recibiendo una respuesta abrumadoramente positiva por parte del público.
Un evento de esta magnitud implica la interacción de diferentes instituciones, desde el sector privado, como Crucero del Norte -aliado permanente para el traslado de artistas y trabajadores- y la Cámara de Comercio e Industria de Posadas; al igual que diferentes organismos, como el IPS, IPRODHA, Aguas de Misiones, Marandú, el ministerio de Agricultura Familiar, y la destacada labor de Canal 12, que realizó la transmisión que se puede visualizar en el canal de Youtube de #CulturaMisiones.
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