Puentes Literarios diálogo con la escritora Mónica Analía Ortiz, nacida en Colonia Liebig Corrientes. Una mujer romántica, apasionada por la poesía. Comenzó a escribir desde muy chica, motivada por sus profesores y la biblioteca que siempre llamaba su atención le abrió la puerta al universo de las letras. Y así, logró publicar siete obras, una de ellas, la más destacable «Palabras de Una mujer» en el año 2015.
La escritora Mónica Ortiz se inició en la escritura desde muy pequeña. «Empecé a escribir desde muy chica. Creo que siempre escribí. Primero hacía cuentos. Y después, cuando ingresé a la secundaria y descubrí una biblioteca hermosa como es la biblioteca de la Escuela Normal de Apóstoles fue otra mirada, creo que tener la biblioteca a disposición fue una puerta hacia un mundo mágico en el que yo podía expresarme, en el que podía ser yo sin importar nada, porque a través de las letras me manifestaba. Y tener buenos docentes que apuntaban también a eso, que fomentaban la escritura es como que hacía que todo fluya».
«La formación del escritor es difícil», afirmó la autora, «incluso dar a conocer lo que uno escribe. Yo llevaba muchísimos años escribiendo para mí, nadie sabía lo que yo hacía. En su momento lo sabía mi mamá, ni en mis años adolescentes, pero después era algo muy importante, privado. Y cuando decidí darlo a conocer fue un momento de desnudarse, de mostrar esa otra faceta que llevaba escondida durante mucho tiempo. Y fue lindo, fue lindo descubrirme de una manera diferente».
Mónica además de escritora es profesora de geografía. En ese escenario, el de la educación, tuvo su puntapié inicial que la animó a dar a conocer lo que escribía. «En el transcurso de mi profesorado, yo soy profesora en geografía, aunque la mayoría de la gente me asocia con la lengua y la literatura; tenía una profesora que en algún momento trabajamos juntas. Era profesora de Psicología y habíamos trabajado algunos escritos y le mostré algo de lo que tenía y quedó encantada con lo que escribí. Y después, más adelante, estaba viviendo una situación muy compleja en mi lugar de trabajo. Y la única manera de expresar era a través de las letras, haciendo terapia. No lo podía contar, así que le dije un día, le sugerí a la psicóloga si lo podía escribir, y ahí, empezó a leer y después me preguntó si tenía otras cosas. Y bueno, le mostré y me dijo «porque no lo publicas, está buenísimo, está tan lindo». Entonces, ver que a otra gente le interesaba lo que yo escribía era como que me dio el empujoncito para poder salir de esa caja en la que había estado tanto tiempo y me llevó a publicar «Palabras de una mujer» en el año 2015″, relató la autora.
Palabra de una mujer
«Habla mucho de la mujer que empecé a ser desde muy joven. Cuento también las situaciones dolorosas por las que atravesó y de las que tuvo que salir. Muchas veces sola porque a la sociedad en ese momento no le interesaba mucho acompañar. Fue un tránsito bastante doloroso y lo pude canalizar a través de la escritura».
Recordó además que en el año 2014 ingresó al grupo de escritores de Apóstoles por invitación de Mario Zajackowki quien en ese momento era presidente y a quien le dio los poemas. Fue así que al poco tiempo Mónica envía a ediciones misioneras y se publicó «Palabras de una mujer». «Fue un libro que se vendió muy bien, y que, a pesar de que hoy yo corregiría muchas cosas, supongo que por la evolución de cada persona me resulta muy satisfactorio leer y ver que todo ese dolor que estaba en ese momento en mi salía a través de las letras y se transformaba», expresó.
El tiempo y la dedicación son primordiales para concretar una obra donde quizás al ser madre, docente y escritora se dificulte, pero para Mónica es todo lo contrario. «Nunca tuve dificultades con el tiempo. Yo escribo siempre y a veces no es que yo me tenga que tomar tres horas para escribir por día, sino que a lo largo de todo el día, en algún momento siempre está surgiendo algo. Como lo que escribo, la mayor parte de las veces es poesía, no necesito tanto tiempo de meditación o de sentarme, pero lo hago todo el tiempo y si bien me gusta mucho la poesía y es con lo que me identifico también hago otras cosas».
Ese tiempo de dedicación hace feliz a Mónica. «Es un momento sumamente mágico y feliz. Me pasa lo mismo con la lectura cuando estoy leyendo algo, es algo que me hace muy feliz, que me es sumamente placentero. Poner música de fondo y estar conmigo misma. Ir transformando esas palabras que por ahí para cualquiera pueden ser palabras sueltas, pero para mí son parte de un hilo que va a ir contando una historia».
Mónica Ortiz se define por ser una escritora muy romántica y con lo rosa. No solamente con la poesía, sino también con la novela. Muy feminista, muy del lado de la mujer y contar esa perspectiva, esa mirada que tenemos las mujeres que muchas veces es difícil de expresar. «Romántica, humana, femenina. Siempre buscó dejar en alguna de mis obras una reflexión, un punto de vista sobre todo porque la gente que lee quiere encontrarse con ese mensaje o busca alguna manera encontrar este mensaje o esa situación que lo deje pensando en algún momento más adelante». Considerada además como una luchadora incansable para llevar la cultura a todos los rincones.
De una generación de momentos difíciles, Mónica Ortiz es una mujer de 42 años de un barrio muy humilde de Apóstoles, el Chaquito, quien recurría a la biblioteca para poder leer. Sus padres eran trabajadores, pero la mayor parte de las veces no podían comprarle un libro. «Eso hace que también es como que uno trata de llegar a las escuelas, porque esa es una de las cosas, llevar sus libros a las escuelas, leerles a los chicos, incentivarlos a que descubran en la lectura una forma diferente. Entretenerse, no todo es Tablet y teléfono. Creo que la lectura incentiva a la imaginación y hace que uno pueda crecer y expandirse en ideas y ser completamente diferente. Uno se da cuenta cuando hay una persona que lee porque es una persona que toma todo mucho más medido, mucho más apacible. Y en los niños es un beneficio muy importante que los chicos se aferren a la lectura», reflexionó.
Al describir aquel sentimiento por su profesión, Mónica manifestó una satisfacción enorme. «Y no por recibir premios, sino por hacer lo que me gusta, lo que me hace feliz y que creo que, en este momento, en Argentina no fue momentos de bonanza para los trabajadores, ni mucho menos para los educadores. Pero creo que hacer lo que a uno le hace feliz es sumamente importante, yo soy feliz siendo docente, me gusta mucho dar clase a mí y también amo escribir, entonces pude obtener esas dos pasiones en la vida y poder llevarlas a cabo. Creo que me hace una mujer muy bendecida».
Actualmente la autora tiene dos libros en proceso de corrección. Una novela que se llama Eróticamente. Y un poemario que se llama «A Orillas del alma». Y espera publicar alguno de los dos. Hasta el momento lleva 7 libros publicados. Los últimos dos «El brujo» que fue la primera novela que publicó en el año 2020, se trata de una edición artesanal en plena pandemia, que fue venta online prácticamente todo, y «Pandora» que salió el año pasado también.
Por último y refiriéndose a la literatura misionera, la escritora aseguró «Creo que, si nos ponemos a leer a cada uno de los escritores de la provincia, los que habitan en la tierra colorada, creo que hay algo de salvaje, algo de selva, algo de río, algo de cataratas en cada una de las letras. Tenemos muchísimo talento, conozco escritores que son terriblemente grandes y sería tal vez una utopía, pero, que en algún momento, el Estado y la gente los reconozcan».
Mechy Ramirez – Puentes Literarios – Cadena Líder Misiones 93.7
Apóstoles
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