
El reciente rechazo del proyecto de Ficha Limpia en el Senado nacional volvió a poner en evidencia una constante política que se mantiene firme en Misiones: la defensa de un modelo autónomo, federal y despegado de los dictámenes porteños. Los senadores Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, representantes del Frente Renovador de la Concordia, votaron en contra de la iniciativa, alineados con una postura histórica del misionerismo: no aceptar imposiciones discursivas ni agendas diseñadas desde los grandes medios de comunicación de Buenos Aires.
Es necesario recordar que el PRO gobierna la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desde hace 17 años y nunca impulsó allí una ley como Ficha Limpia. Pretender instalarla ahora, desde el Congreso, con una retórica moralizante, resulta al menos contradictorio. En Misiones, por el contrario, desde hace años rige una legislación electoral que impide que personas con condena firme puedan ser candidatas. La diferencia está en que Misiones promueve la doctrina de que el poder está en la gente, y solo la gente vota sus gobernantes, por eso se le permitió al preso retirado de policía, ramón Amarilla, ser candidato, para que no sea la justicia sino los misioneros quienes decidan: a la Justicia lo que es de la Justicia, y a la política, lo que es de la política.
La habilitación de su candidatura responde a un principio básico de cualquier democracia moderna: evitar la proscripción arbitraria. Fue una señal institucional de respeto por el debido proceso. En clara coherencia con el rechazo a la ficha limpia, para no darle ese poder a la justicia y que sean los votantes los que decidan.
Incluso el propio presidente Javier Milei, en línea con esta interpretación, calificó al proyecto como “un cuento chino del PRO” y aseguró que es un tema que no le interesa a la gente. En Misiones, un reciente sondeo corroboró esta percepción: el 90% de los ciudadanos no considera Ficha Limpia como una prioridad. Es, en definitiva, una agenda de políticos y no de la sociedad real. Una discusión cerrada sobre nombres y no sobre políticas.
Frente a esta coyuntura, Misiones volvió a marcar la diferencia. Bajo el lema “Innovación federal, Misiones nos importa”, la provincia reafirmó que no responde a las presiones mediáticas ni a los dictados de los poderes centrales. El misionerismo se consolidó como un espacio de pensamiento y acción política independiente, donde el voto es libre de ataduras ideológicas, de cepos partidarios, y responde solo a los intereses de los misioneros. Una forma de liberalismo político real, donde las decisiones no se subordinan a ninguna grieta nacional.
La jugada estratégica del conductor del espacio, Carlos Rovira, fue interpretada por muchos analistas como un gesto en favor de Milei, pero también como un movimiento para ponerle punto final a la eterna disputa entre Cristina Fernández y Mauricio Macri. Con el rechazo a Ficha Limpia, cae en las encuestas la candidata del macrismo duro en CABA, Lospenatto, autora del proyecto de ley, y se desinfla su relato de doble moral. Es una contribución a la superación de la grieta y una apuesta a una nueva lógica política.

Progreso e Innovación: Se aprobó la Ley Integral de Inteligencia Artificial
Mientras en Buenos Aires se enredan en debates estériles, Misiones avanza en un camino propio, sustentado en la innovación y la planificación a largo plazo. El jueves 8 de mayo, la Legislatura provincial aprobó por unanimidad la primera Ley Integral de Inteligencia Artificial de la Argentina. La norma regula el uso ético, responsable y orientado al desarrollo de la inteligencia artificial en sectores clave como educación, salud, producción y gestión pública.
Este hito legislativo vuelve a ubicar a Misiones en la vanguardia nacional. No es una sorpresa: forma parte de una estrategia sostenida desde hace más de una década, que comenzó con la Escuela de Robótica, continuó con el Silicon Misiones y se amplifica con la incorporación de contenidos tecnológicos en todos los niveles del sistema educativo. La ley sancionada ahora es el marco normativo necesario para consolidar esa política y proyectarla hacia el futuro.
A diferencia de otras provincias que recién empiezan a discutir estos temas, en Misiones ya se trabaja con inteligencia artificial en proyectos concretos: análisis de datos para prevenir enfermedades, plataformas para mejorar el rendimiento escolar, sistemas de automatización en el agro y herramientas digitales para mejorar la atención ciudadana. La nueva ley no es solo una declaración de principios; es una herramienta para garantizar que el desarrollo tecnológico tenga un impacto directo en la vida de la gente.
Entre sus ejes principales, la norma establece la creación de un Observatorio Provincial de Inteligencia Artificial, la promoción de estándares éticos y de transparencia, y el fomento de la capacitación de recursos humanos en tecnología avanzada. Además, contempla incentivos para emprendimientos y startups vinculadas a IA, fortaleciendo así el ecosistema de innovación que ya funciona en Misiones con el acompañamiento del Estado provincial.
Esta política pública responde a una visión que entiende al conocimiento como motor del desarrollo. La inteligencia artificial, bien utilizada, puede reducir desigualdades, generar empleo calificado y mejorar la calidad de vida.
Misiones no espera órdenes ni modas desde el centro: crea su propia agenda. Así como en materia electoral marcó diferencias con la discusión nacional, en materia tecnológica vuelve a liderar con acciones concretas. La ley de inteligencia artificial es un nuevo paso en la consolidación de un modelo político con identidad propia, que combina gobernabilidad, innovación y autonomía.
Dirección y Coordinación General: Walter López
AGENCIA DE NOTICIAS GUACURARÍ
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