María ibarra, 46 años de edad, nacida en Puerto Libertad, Misiones, comparte su historia de vida llena de logros, superación y determinación. Más allá de los problemas de salud, muestra un ejemplo que con actitud positiva, sumado a la actividad física siempre se puede.
Mujeres Guacurarí en Acción, entrevistó a María Ibarra, emprendedora local, instructora de Zumba y Strong. Sus más grandes pasiones son sus hijos, Santi y Joaquín, motores de su vida.
Nacida en Puerto Libertad, finalizó la primaria en la escuela 470, y la secundaria en la Juan 23 de Wanda, realizó el instructorado de aerobic en la ciudad de Posadas y hace 25 años ejerce la actividad física, como profesión.
«Hace diez años comencé con las clases de Zumba, Strong y nuevas modalidades de gimnasia, tengo mi propia tienda que empecé desde muy jovencita, y hoy tengo mi local propio», comentó Ibarra.
«Desde que finalicé la secundaria trabajé de secretaria, y así con mi pequeña tienda pude comprar mi propia casa», celebró la instructora y, a pesar de que la vida no le fue fácil con respecto a su salud, su valentía y actitud positiva siempre fueron mayores.
«Hace 13 años atrás, cuando nació mi hijo más chico, Santi, entré por emergencia a los 8 meses de embarazo con una neumonía muy grave y lo tuve por cesárea, entré en coma peleando por mi vida, gracias a Dios me pude recuperar y conocer a mi bebé casi cumpliendo un mes, luego detectaron que la válvula mistral tenían que cambiar y a los meses me operaron a corazón abierto, hoy cuento con una válvula mecánica, me levanté. hasta volví a dar mis clases restringida pero nunca baje los brazos».
«Hoy sigo con mis actividades de Zumba, Step, Funcional Strong, y en octubre arranco Step en el club alto Paraná», señaló.
Ibarra, siempre logró sobreponerse a los desafíos de salud que ha enfrentado. «Hace un año tuve un ACV y me volví a levantar , hoy estoy sola con mis hijos y por ellos mis ganas de vivir y nunca bajar los brazos, agradecida siempre a Dios por tantas bendiciones y la sigo peleando, dependiente de medicamentos de por vida, me caí me levanté y acá sigo de pie».
«La vida te da muchas revanchas, pero depende de uno misma nunca bajar los brazos, la mujer tiene que trabajar, para ser empoderada de su propia vida, sin depender de nadie», concluyó.
Gladys Galeano
Puerto Libertad
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