Por Avelina Vizcaychipi
El 27 de febrero es una fecha que resuena en el corazón de todos los argentinos. Hace 212 años, en las orillas del majestuoso Río Paraná, el prócer Manuel Belgrano alzó por primera vez nuestra querida albiceleste, un símbolo que representa la unidad, la solidaridad y los valores fundamentales de nuestra nación.
¿Hay algo más hermoso que ver nuestra bandera ondeando en lo alto? Es un momento que nos llena de orgullo y esperanza. Saber que representa el patriotismo, la historia de luchas y sacrificios, nos conecta con nuestra identidad como argentinos.
Argentina es un país diverso y rico en paisajes. Desde las majestuosas montañas de la Cordillera de los Andes hasta las extensas llanuras pampeanas, somos testigos de una naturaleza que nos asombra y nos inspira. Además, nuestra tierra es un crisol de razas y culturas ancestrales que se entrelazan en una danza de tradiciones y costumbres.
Manuel Belgrano, en su recorrido por nuestras tierras, dejó un legado que trasciende el tiempo. A través del proyecto de la “Ruta Belgraniana”, se ha creado un circuito turístico-cultural y patrimonial que une las provincias de Misiones y Corrientes. En este itinerario, destaca la localidad de Candelaria, donde el histórico sarandí (un árbol bajo el cual descansó el General) se erige como un símbolo de nuestra historia compartida.
Este proyecto se ha convertido en ley provincial en la tierra colorada, y su impacto va más allá de los límites geográficos. Charlas, talleres, juegos y actividades recreativas han permitido a las futuras generaciones comprender el proceso histórico que marcó un antes y un después para todos los argentinos.
La Ruta Belgraniana no sería posible sin la dedicación de un grupo humano apasionado por nuestra historia y cultura. Historiadores, arqueólogos, docentes y amantes de las letras trabajan juntos para forjar un legado que perdure en el tiempo.
Personalmente, quiero destacar un detalle significativo: Manuel Belgrano valoró nuestra yerba mate como un legado a la posteridad. En su reglamento, expresó la necesidad de proteger este producto madre, que hoy sigue siendo parte fundamental de nuestra identidad. La yerba mate y la bandera van de la mano cuando hablamos de argentinidad.
En este aniversario, recordemos con gratitud a quienes forjaron nuestra historia y sigamos construyendo un país que honre sus raíces y mire hacia el futuro con esperanza.
Nota: Este artículo se basa en la investigación y pasión de Avelina Vizcaychipi, profesional en turismo (M.P 332), quien ha contribuido al enriquecimiento de nuestra memoria colectiva.
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ANG Agencia de Noticias Guacurarí
Dirección y Coordinación Walter López
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