
Siempre registrada en la Reserva de Vida Silvestre Urugua-í, Huellita ya alcanzó, al menos los 19 años, lo que la convierte en el ocelote más longevo registrada en el mundo.
Misiones vuelve a ser escenario de un hallazgo único para la conservación de la fauna silvestre. Un extenso estudio realizado desde 2004 permitió identificar a Huellita, una hembra de ocelote que habita la Reserva de Vida Silvestre Urugua-í, administrada por la Fundación Vida Silvestre Argentina, y que alcanzó al menos 19 años de edad, lo que la convierte en la más longeva registrada en vida silvestre en el mundo.
Hasta ahora se sabía que los ocelotes podían vivir hasta 10 años en la naturaleza y alrededor de 20 en cautiverio. El seguimiento sistemático con cámaras trampa reveló que Huellita no solo superó ampliamente esa expectativa, sino que, al menos hasta el 2020, fue registrada con cachorros lo que indica que hasta entonces estaba reproductivamente activa.
El trabajo fue liderado por la bióloga Paula Cruz, integrante de Proyecto Yaguareté (CeIBA-CONICET). Su investigación, recientemente publicada, evaluó la dinámica poblacional del ocelote en la porción argentina del Bosque Atlántico durante 14 años. “Analizamos cómo fue la supervivencia de los ocelotes en general, si existieron diferencias entre machos y hembras y cómo varió a lo largo del tiempo”, explicó Cruz. “También evaluamos si la población crecía, disminuía o se mantenía estable. Encontramos que, en el norte de Misiones, en zonas de bajo impacto humano, la población se mantuvo estable durante 14 años, con alta supervivencia y sin diferencias entre sexos”, agregó.
El estudio analizó 213 individuos identificados a partir de 1381 registros fotográficos. Gracias al patrón único de manchas de cada animal, fue posible reconstruir la historia de vida de cada uno y aplicar modelos estadísticos para estimar supervivencia, tendencia poblacional y desplazamientos. Los resultados confirmaron además que los machos recorren mayores distancias que las hembras.
El ocelote está clasificado como Vulnerable en Argentina. Si bien es relativamente abundante en grandes áreas protegidas, sus poblaciones disminuyen en paisajes fragmentados y con fuerte presión humana. Contar con información robusta como la generada en este estudio es clave para comprender el efecto de amenazas como la pérdida de hábitat o la caza furtiva y orientar mejores medidas de conservación.
La Reserva Urugua-í, aliada de la ciencia
La Reserva de Vida Silvestre Urugua-í, con 3.243 hectáreas administradas por la Fundación Vida Silvestre Argentina en pleno corazón de la selva misionera, tiene entre sus principales objetivos ofrecer un espacio para el desarrollo de investigaciones científicas sobre la biodiversidad y los procesos ecológicos de la selva misionera.
“Nuestro vínculo con los investigadores es de larga data y celebramos este tipo de aportes que permiten conocer más sobre la especie y, al mismo tiempo, valorar la efectividad de las áreas protegidas como sitios clave para la fauna local”, señaló Karina Schiaffino, especialista en áreas protegidas terrestres de Fundación Vida Silvestre Argentina. “Nos emociona saber que Huellita sigue rompiendo los patrones de longevidad conocidos y que nuestras cámaras trampa continúan registrando su presencia”, añadió.
Un símbolo de resiliencia
La historia de Huellita es un ejemplo de la capacidad de la naturaleza para persistir cuando cuenta con un entorno adecuado. Su longevidad excepcional, sumada a la estabilidad poblacional observada, refuerza la importancia de proteger los bosques continuos y recuperar la conectividad entre remanentes de selva para garantizar la supervivencia a largo plazo de esta especie emblemática del Bosque Atlántico.
Sobre la Reserva de Vida Silvestre Urugua-í
La Reserva de Vida Silvestre Urugua-í fue creada en 1997 en Misiones para proteger 3.243 hectáreas de Selva Misionera, resguardando su extraordinaria biodiversidad y un tramo clave del arroyo Urugua-í. Este curso de agua es esencial para la región: provee agua a las comunidades, sostiene la producción agrícola, ofrece espacios de recreación y aporta a la generación de energía. La Reserva alberga una Estación Biológica que impulsa la investigación y la formación de personas comprometidas con la conservación. Además, desde 2008 funciona allí el Vivero de Especies Nativas Andrés Johnson, que produce miles de plantines destinados a proyectos de restauración de la selva. Su creación fue realizada en conjunto con la empresa Arauco Argentina S. A. y la Fundación Vida Silvestre Argentina, que la gestiona hasta la actualidad.
Info FVSA
Fabian Conil Eco Radio 107.5 San Ignacio
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