En el Núcleo Educativo 313 del SiPTeD, ubicado en Candelaria, sucede una particular historia: Estela se encuentra finalizando sus estudios secundarios junto a sus hijas Maira y Bianca. Juntas comparten horas de clase, consultas y aprendizaje. Una relación filial, de amistad y compañerismo.
El Sistema Provincial de Teleducación y Desarrollo (SiPTeD) posee Núcleos Educativos de Enseñanza Primaria y Secundaria diseminados por toda la provincia. Uno de ellos se encuentra en Candelaria, el 313 (a cargo de la Profesora Patricia Centurión), y entraña una particular e inspiradora historia.
Estela Cabral es una mujer de mediana edad que anhela culminar la secundaria para continuar formándose y convertirse en enfermera. Para ello, estudia en el Núcleo Educativo que el SiPTeD posee en Candelaria, donde también finalizó la primaria. Pero su historia tiene una particularidad, este tramo de finalización académica lo realiza junto a sus hijas.
“Estoy estudiando junto a mis hijas Maira y Bianca”, relata. “Nunca pensé que iba a terminar la secundaria con mis hijas, es un orgullo terminar con ellas porque siempre les decía que el estudio está primero, que no dejen el estudio, que sigan”, detalla.
Estela destaca los aspectos positivos de completar sus estudios en el SiPTeD: “me permite alcanzar mi objetivo ya que tengo que asistir de manera presencial una vez a la semana, por lo que puedo organizar mis horarios”.
Maira, una de sus hijas, también tiene como propósito continuar estudiando para forjar su futuro. Al igual que su madre, subraya las facilidades que brinda la institución: “Lo que te brinda el SiPTeD es que da muchas oportunidades de finalizar los estudios, así que recomiendo a quienes deseen terminar la primaria o secundaria que lo hagan”.
El rol de su madre Estela para que ella decidiese retomar la secundaria fue clave: “Yo había dejado el colegio y mi mamá me empujó a dar un paso y retomar, gracias a ella estoy acá tratando de terminar”. En ese sentido, deja claro el sentimiento hacia ella: “Mi mamá es el centro del mundo, es todo un amor, daría la vida por ella. Es mi pilar que cuando me siento mal ella está ahí, es algo muy lindo. La amo y le deseo todo lo mejor en su día”.
Bianca, por su parte, narra esta particular situación que le toca atravesar: “nunca se me pasó por la mente, como comentaba mi mamá, estudiar con ella, terminar la secundaria con ella es algo sorprendente y todavía no puedo creer”.
“Hace poco inicié mis estudios en la institución y pensé ‘va a ser re difícil, voy a tener muchas complicaciones’, pero mi mamá me animó: ‘Es algo muy lindo, animáte’, me dijo. Entonces le pedí que me explicara la modalidad de estudio y me animé”, comenta.
Una ventaja de estudiar en familia es el trabajo colaborativo: “Nos ayudamos mutuamente, si hay algo difícil ellas me piden ayuda o yo les pido ayuda, nos prestamos cosas como correctores o lapiceras”. Bianca no es la excepción y también proyecta un futuro profesional: “Luego de finalizar mis estudios me gustaría seguir tanto enfermería como policía, estoy entre esas dos opciones”.
Al igual que su hermana, expresa su afecto hacia su madre: “Feliz día para mi mamá, mi hermosa mami, que ella representa muchas cosas para mí porque es mamá, compañera, amiga, es todo para mí, así que un feliz día de corazón, la amo muchísimo y que cumpla sus metas y sus sueños, que ella siempre nos está diciendo a nosotras, así que es un ejemplo a seguir como mamá”.
Finalmente, las tres (Estela, Maira y Bianca) brindan sus mejores deseos a las madres misioneras en su día: “Queremos desearles un feliz día a todas las madres de Misiones y que nuestra historia inspire a más gente a poder venir a terminar sus estudios y a cumplir sus sueños. También que sirva de inspiración para ustedes que por ahí no se animan a dar el paso por miedo y nosotras estamos terminando de estudiar con nuestra mamá, que es genial”.
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