Otro gran show fue el que dio el grupo argentino de cumbia Amar Azul, en la penúltima noche de la 41ª edición de la Fiesta Nacional del Inmigrante. Fue una gran noche a pura música tropical y que llenó el cupo permitido del anfiteatro mayor. El público no dudó en aprovechar que el clima brindó una mejora por la tarde, para acercarse a recorrer el predio. Las colectividades esperan que sea un balance favorable. La Feria Comercial y la de Artesanías recibieron a muchos visitantes, mientras que los pequeños – y no tanto- disfrutaron de los juegos mecánicos, visitan el Museo de Historia municipal, la casa Museo de la Colectividad Rusa Belarusa y aprovecharon las ofertas en los kioscos al paso de las casas típicas.
En el sector de Turismo estuvieron presentes los municipios de la provincia, presentando sus eventos cercanos, mientras que la Subsecretaría de Turismo ofreció visitas guiadas a los visitantes.
Al mediodía y por la noche, las colectividades abrieron sus puertas para que los visitantes pudieran disfrutar de sus espléndidos platos típicos y su música en vivo. Mientras tanto, en el escenario mayor se preparaba todo para el show principal de la jornada.
Doble 5, la banda de música local, empezó a calentar el ambiente con su popurrí de covers de grandes éxitos, y la gente respondió, coreó y pidió más. Y todo estaba listo para el gran y esperado momento de recibir a Amar Azul.
“Tratamos de ser siempre lo más Amar Azul posible”
Momentos antes de subir a escena, el grupo tuvo su encuentro con la prensa, acompañados por la presidente de la Federación de Colectividades Marta Wieremiey. El vocalista y fundador del grupo, Miguel D´Annibale, fue el encargado de agradecer a la organización “por volvernos a invitar una vez más a Oberá después de mucho tiempo”.
El único integrante “original” del grupo anticipó que el público de la FNI iba a poder disfrutar de sus clásicos, a los que denominó como “una mochila linda” y los temas de los discos del 2000 en adelante. “Es una alegría enorme poder tocar ante el público de Misiones que siempre nos respetó y nos trató bien, queremos divertirnos y pasarla bien”.
Consultado sobre cómo es el seguir siendo una banda reconocida tras 30 años de trayectoria, Miguel afirmó que “tratamos de ser siempre lo más Amar Azul posible, eso fue lo que nos dio trabajo. Miedo tenés siempre, los nervios de siempre. El día que no sientas eso tenés que retirarte porque es como que no sentís nada. No es fácil estar ante tanto público pero es un miedo lindo”.
Y fue como lo anticipó, ni bien pisaron el escenario mayor, el público los recibió con alegría y reconocimiento. Y cuando empezaron a sonar los primeros acordes de “Yo tomo licor” ese público hizo estallar el anfiteatro, y continuó aún más con “Yo tomo vino y cerveza”, “Yo me enamoré” y “El polvito del amor”, entre tantos otros clásicos que hicieron que la gente no pudiera contenerse sentada en sus lugares, bailando al ritmo de la música pero manteniendo siempre su ubicación, tal como lo indica el protocolo.
Así pasó el último artista nacional de la grilla de espectáculos en el regreso de la Fiesta Nacional del Inmigrante.
#ANGuacurari
Gentileza Prensa Federación de Colectividades
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