
Hace algún tiempo, empezó a surgir un mal silencioso que amenaza a la sociedad con un nivel de propagación nunca antes visto, y no, no es el Coronavirus, tema principal que está copando los medios de comunicación. Con la pandemia que nos toca vivir, viene algo peor, más destructivo y contagioso que el Covid-19 y el Dengue, capaz de generar serios conflicto en la población. Este virus, de origen digital, son las “Fake News” o Noticias Falsas, las cuales circulan impunemente en nuestra sociedad, desinformando y creando confusión.
Vemos que el delicado contexto de pandemia, genera en los ciudadanos una demanda de información; de estar informado sobre el tema, sobre la situación actual, sobre los contagios, sobre la propagación, etc., que da lugar al clima propicio para que las Fake News puedan circular con mayor velocidad, tanto en cadenas de WhatsApp como en otras redes sociales.
Nadie está inmunizado
Estamos de acuerdo que constantemente recibimos información por diversos medios. La cuarentena y el encierro provocan un mayor consumo de los usuarios en las redes sociales y esto eleva las posibilidades de encontrarse con Fake News. Todos estamos expuestos a ellas. Estas suelen poseer títulos llamativos, sensacionalistas o escandalosos, las cuales llama la atención de los usuarios, llevándolos a consumir y compartir dicha información sin antes revisarla.
Una vez que se ponen en circulación y toman el acento de “verdad”, se asienta en la población, y su poder de realismo se vuelve más potente, ya que la información sale de las redes sociales, para circular en el boca en boca de la población, y donde la verdad se justifica en frases como “me mandaron por WhatsApp” o “está en internet”. Podría parecer que estas palabras generan la impresión de verdad, como un sello que garantiza que el hecho es real.
Es necesario destacar que la elaboración de estas falsas noticias pueden parecer una broma de mal gusto, o la creación de personas mal intencionadas, y que, a simple vista hasta podría parecer inofensivo. Pero la realidad es que, si los medios serios, con rigor periodístico, no hicieran un esfuerzo para desmitificar estas Fake News y contar la realidad de los hechos, basados en datos reales, la sociedad podría verse muy perjudicada, y más teniendo en cuenta el contexto delicado en el que estamos.
Tiempo burocráticos VS tiempos digitales
Hoy, toda la atención se concentra principalmente en la cantidad de pacientes infectados por el Coronavirus, en el mundo, en el país y principalmente en la provincia (por la proximidad y el riesgo de contagio que esto implica), acarreando niveles elevados de incertidumbre para la población en general. Ante este oscuro panorama (porque estamos viendo lo que el virus está provocando en países como Italia) la única luz que puede llevarnos a buen puerto es la información verdadera, la información oficial, la que el Estado brinda a los ciudadanos y a través de los medios.
Esta información surge por ejemplo del sistema de salud, la cual se compone por los profesionales encargados de llevar la loable tarea de enfrentar el virus, poniendo en riesgo sus vidas, como así también de detectar o descartar los posibles casos. Este hecho nos ubica en un realidad temporal: estos estudios llevan su tiempo, los cuales no son los de la noticia. Entonces, el ciudadano sediento de información, se halla entre “creer al WhatsApp” que por lo menos parece decir algo sobre la situación (no importa si es verdadero o falso) pudiendo desatar una histeria colectiva (ya que a partir de esa premisa, cualquier cosa que circula puede ser real); o esperar la información oficial del Ministerio de Salud, quienes son los que tienen la última palabra, ya que son ellos los encargados de hacer los análisis y publicar los resultados. Nosotros recomendamos la segunda opción.
La lucha que nos queda
Es por este motivo que nos damos a la tarea, con la responsabilidad periodística que nos representa como agencia de noticias provincial, estar al tanto de esta situación, combatiendo este mal con la única arma que tenemos: información verdadera y de calidad con las fuentes oficiales.
Sabemos que en esta lucha no estamos solos, el ciudadano cumple un rol activo y fundamental. Es el quien decide qué información consumir y que no, cual compartir y cual no, y desde esta postura, pedimos a la población que ante cualquier información de dudosa procedencia, lo confirme, lo constate tanto en este medio como en otros, para asegurarse que la información sea verdadera, y de esta manera saber que noticia conviene compartir y que noticia no, por el simple hecho de resguardar el bien común.
Editorial Agencia de Noticias Guacurarí
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