El 22 de noviembre se celebra en el Día de la Flor Nacional Argentina, en homenaje al ceibo, símbolo patrio oficialmente consagrado junto a la Bandera, el Escudo y el Himno Nacional.
El ceibo fue declarado Flor Nacional Argentina mediante el Decreto Nº 13.847 del 22 de diciembre de 1942, durante la presidencia de Ramón Castillo. En 1941, el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Agricultura, designó una comisión encargada de estudiar y proponer una flor que reuniera los mayores méritos para ser proclamada flor nacional.
Además de florecer entre los meses de octubre y abril, el ceibo -expresión de argentinidad y emblema de nuestra patria- está asociado a la leyenda guaraní de Anahí, una joven aborigen cuya resistencia fue inmortalizada al ser transformada en un árbol de flores ardientes. El ceibo se convirtió así en un emblema de fortaleza y esperanza.
Esta flor también conocida como seibo, síbo o bucaré, es un árbol originario de América Latina, especialmente de la Argentina, Paraguay, Brasil y Uruguay en donde también es declarada flor nacional. Crece en las riberas del Paraná y del Río de la Plata, pero se lo puede encontrar también en zonas cercanas a ríos, lagos y zonas pantanosas.
Su nombre genérico es Erythrina , de origen griego (de la voz erythros que significa rojo). Su denominación específica es crista-galli, que en latín alude a la cresta del gallo, también por la semejanza de ésta con el color de las flores. Su altura oscila entre los 6 a 10 metros. De fuste tortuoso y poco desarrollado, su corteza es de color pardo grisáceo, muy gruesa y rugosa, con profundos surcos.
El ceibo es más que una flor: es un vínculo entre la naturaleza y la cultura, un recordatorio de las historias que forman parte de la identidad argentina y una invitación a proteger el entorno natural para las futuras generaciones.
Fabian Conil Eco Radio 107.5 San Ignacio
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