
El martes, la Escuela Superior de Música de Posadas abrió sus puertas a un encuentro que fue mucho más que la presentación de un libro. La profesora María Bergamaschi, misionera y viajera, regresó a su tierra natal para compartir «Entrenamiento rítmico corporal. Para cantar y tocar en simultáneo», su obra que integra años de experiencia docente y profesional en canto, percusión y cuerpo.
Su historia musical comenzó a los seis años en Posadas, en un espacio lúdico llamado Mundo Niño. “Fue una experiencia realmente maravillosa, creativa, integradora. Cantábamos, bailábamos, tocábamos, pintábamos, jugábamos… y gracias a eso pude construir todo mi recorrido en la música desde un lugar de juego y creación”, recuerda.
Con la mirada puesta en ampliar horizontes, María se trasladó a La Plata, donde profundizó su formación en la Facultad de Artes y formó grupos que combinaban la voz, la percusión y el cuerpo como instrumentos de expresión. Entre ellos, menciona Hierbacana, un trío femenino de voces y percusión que, alrededor del 2004, ofreció conciertos en la Escuela de Música y en pequeños bares de la ciudad, dejando huella en cada presentación.
Hoy, María sigue activa en la escena musical: forma parte de La Bomba de Tiempo, un ensamble de percusión que se reúne todos los lunes en Ciudad Cultural Konex desde hace 19 años. Su recorrido demuestra que, aunque se aleje de Misiones para estudiar y desarrollarse, siempre vuelve a compartir sus aprendizajes con su comunidad.

El libro presentado el martes no es solo un manual: es la síntesis de décadas de práctica y enseñanza. Propone ejercicios que integran cuerpo, voz y ritmo de manera orgánica, pensados para estudiantes, docentes y músicos profesionales. “En muchas culturas se canta y se toca simultáneamente, naturalmente. Pero nuestra educación nos separó esas áreas. Mi propuesta busca recuperarlo desde el cuerpo, para que cada canción, cada estilo, se viva de manera más consciente y libre”, explica.
Durante el taller, los estudiantes y docentes exploraron vocalizaciones, percusión corporal y ejercicios rítmicos, aplicables a distintos géneros latinoamericanos como chacarera o candombe. Todo con un objetivo: que la música deje de ser algo abstracto y se transforme en experiencia vivida, en conexión con el propio cuerpo y con los demás.
“Cantar y tocar integrando el cuerpo nos ayuda a escucharnos, a tomar decisiones, a respetar silencios y al otro. Forma parte de nuestra vida diaria, nos fortalece y nos hace más creativos”, concluye María. Los asistentes aplaudieron y no solo al libro, sino a toda una vida dedicada a la música, la enseñanza y el regreso constante a sus raíces misioneras.
Proyecto Mujeres Guacurarí en Acción
AGENCIA DE NOTICIAS GUACURARÍ
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