Este fin de semana —entre el sábado 15 y el domingo 16— se llevó adelante la vigésima cuarta edición de la Peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Loreto, que reunió a miles de fieles de toda la provincia. La jornada estuvo marcada por la fe, la gratitud y el profundo sentido jubilar que atraviesa el calendario de la Iglesia misionera.
Durante la misa central, el Padre Obispo Juan Rubén Martínez destacó el significado espiritual de esta caminata, que este año coincidió con el Año Jubilar. “Dios quiere obrar su misericordia y regalarnos un tiempo especial de esperanza”, expresó ante los peregrinos, muchos de ellos conectados a través de los medios de comunicación.
El Obispo agradeció la presencia de autoridades provinciales y municipales, entre ellos el ministro de Gobierno Dr. Marcelo Gabriel Pérez; los intendentes Roque Toledo (Loreto) y Mabel Pezoa (Santa Ana); la subsecretaria de Culto Dra. Rossana Andrea Barrios junto a parte de su equipo —Pamela Duarte, Giordano Chapay y José Luis Brauvano—; así como la diputada provincial Mabel Cáceres. También reconoció el acompañamiento de las fuerzas de seguridad: Policía de Misiones, Servicio Penitenciario Provincial y Gendarmería Nacional.
Peregrinos de todas las formas, unidos por la fe
En su homilía, monseñor Martínez resaltó la gran diversidad de expresiones de fe que confluyeron en el santuario: caminantes que iniciaron el trayecto el día anterior, ciclistas “que realmente impresionan”, grupos náuticos que incluso ofrecieron reemplazar su báculo por uno de sus remos, y otros peregrinos que trotaron los últimos tramos.
“Aquí estamos todos: sacerdotes, diáconos, vida consagrada, laicos, comunidades y parroquias. Llegamos como peregrinos”, subrayó.
El Obispo remarcó la particularidad de vivir esta edición en el marco del Año Jubilar. “Es un año de especial gracia, donde Dios quiere obrar su misericordia… Tenemos esperanza, queremos estar de pie”, afirmó. Explicó además que la esperanza —junto con la fe y la caridad— es una virtud teologal que nace del don de Dios y se expresa plenamente en la peregrinación.
Jornada Mundial de los Pobres y memoria de los Mártires
La fecha coincide con la Jornada Mundial de los Pobres, y el Obispo invitó a unir la oración “a tantísimos hermanos que viven en realidad de pobreza, cada vez más marcada en un mundo donde la gran grieta es la de algunos que tienen mucho y muchos que tienen muy poco”.
También recordó que este domingo se conmemora a los Santos Mártires, figuras centrales de la misión en la región. “Estamos celebrando siglos de evangelización, alrededor de cuatrocientos años en nuestras tierras. No falta mucho para los cuatrocientos años de Loreto”, expresó al evocar el legado de las comunidades jesuíticas encabezadas por el padre Ruiz de Montoya.

La misión evangelizadora: esencia de la Iglesia
Monseñor Martínez profundizó en la misión evangelizadora como razón de ser de la Iglesia: “La razón de ser de la Iglesia en estos dos mil años es evangelizar”. Destacó la tarea que realizan “tantísimas personas en sus comunidades, parroquias, movimientos y escuelas”.
Llamó a los fieles a renovar su compromiso cristiano, especialmente en este tiempo jubilar. “Estamos bautizados y llamados a ser testigos y partícipes en la evangelización. Todos estamos llamados a evangelizar”, afirmó. Advirtió sobre los desafíos culturales actuales: “Cuánto hace falta entender esto en un mundo que se va volviendo individualista, con tantas adicciones al poder y al tener… cosas que cierran el corazón y nos alejan del verdadero sentido de la vida”.
El ejemplo de los Santos Mártires
Para ilustrar el esfuerzo y la perseverancia que implica evangelizar, evocó la vida y obra de San Roque González, San Juan y San Alonso, quienes recorrieron la región sin rutas ni caminos, guiados por la convicción de su misión. Recordó cómo Roque González fundó en 1615 la Anunciación de Itacurubí —primera fundación de Posadas— y enfrentó enfermedades y contratiempos.
“Podrían haber dicho: ya está, hicimos todo lo que pudimos. Pero se reanimaron, cruzaron el Paraná y siguieron evangelizando… Nunca se achicaron. Y murieron, los mataron”, relató con emoción.
Un llamado a seguir caminando con esperanza
Al finalizar, exhortó a vivir el Evangelio en la vida cotidiana, incluso ante las dificultades: “Los detendrán, perseguirán, encarcelarán… pero nunca bajamos los brazos”. Invitó a continuar caminando “como pueblo peregrino” hacia el encuentro con Dios, con esperanza y un compromiso renovado en el amor que todo lo transforma.
La Diócesis de Posadas y la Comisión Corpus-Loreto fueron especialmente agradecidas por su entrega cotidiana y por hacer posible esta emotiva manifestación de fe.



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