
Un estudio liderado por investigadores de la Universidad Nacional de Misiones y Casa Latina analiza cómo la falta de conciencia sobre la conexión entre seres humanos, biodiversidad y ambiente influye en el bienestar físico, mental y social. La hipótesis central de la encuesta sostiene que esta desconexión lleva a que las personas se perciban como organismos aislados en lugar de partes integrales de un sistema natural, lo que contribuye al desarrollo de diversas afecciones.
La investigación, liderada por Anahí Fleck, Directora de Cuencas y Restauración Ambiental en la Municipalidad de Posadas y Licenciada en Genética y Magister en Gestión Ambiental en colaboración con la Universidad Nacional de Misiones y Casa Latina, busca entender cómo las personas pueden adoptar hábitos que les ayuden a vivir mejor en armonía con el entorno. Se destaca que la falta de conciencia sobre nuestra conexión con la biodiversidad contribuye a problemas de salud mental y social, y que integrar conocimientos y prácticas ecológicas puede ser clave para prevenir y revertir estos efectos.
Cada vez más personas experimentan ansiedad, angustia y estrés debido a la crisis ambiental, según el estudio llevado adelante por Anahí Fleck. “Seguir difundiendo estas investigaciones es tan importante para la comunidad, para el crecimiento colectivo, para el alcance de nuevas miradas”, afirmó. Esto permite comprender mejor cómo nos encontramos como sociedad y qué está ocurriendo a nuestro alrededor.
En la encuesta, se preguntó a los participantes si habían experimentado síntomas como ansiedad, depresión, decepción, adicciones, obsesiones, miedo a salir de casa, tensión en las relaciones sociales y temor por el cambio climático. También se analizó si han participado en conflictos ambientales o sociales, si son activistas y si han perdido aspectos vitales en su cotidianidad.
Uno de los datos más impactantes revela que, de las 86 personas de habla hispana que respondieron la encuesta, el 36% expresó haber sentido angustia ante noticias sobre cambio climático, calentamiento global y pérdida de biodiversidad. “El estrés, los sentimientos de decepción y la ansiedad están a la cabeza”, señala Fleck, seguido de ira, tensión en las relaciones sociales y culpa.
Ante estos resultados, la investigadora advierte sobre una creciente crisis de salud mental vinculada al deterioro ambiental. “Los consultorios de neuropsicología están abarrotados. Muchas personas ni siquiera pueden explicar lo que les pasa porque no han recibido formación sobre cómo descifrar sus emociones”, explicó. Además, se identificó que al menos 16 personas expresaron miedo a salir de sus casas, lo que limita sus posibilidades de afrontar el problema.
Frente a esto, la encuesta propone estrategias para mejorar la calidad de vida, como pasar más tiempo en la naturaleza, fortalecer vínculos sociales y fomentar el altruismo. “Estas acciones hicieron que nuestra especie evolucionara y llegara a ser lo que es hoy”, destacó Fleck. También se sugiere la participación en proyectos de ciencia ciudadana, donde el conocimiento colectivo contribuye a diagnósticos y soluciones sociales.
“La intención es que esto siga difundiéndose, porque permite a la sociedad crecer, desarrollar herramientas y mejorar la vida en comunidad”, concluyó la investigadora.
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Mechy Ramirez – INFO Radio Chimiray 100.3
Apóstoles
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