El misionero Eduardo Lovera competirá en los Juegos Olímpicos de la Juventud, que se están celebrando desde el pasado fin de semana en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La disciplina que practica el atleta de 16 años, oriundo de Posadas, es Lucha Olímpica, modalidad Grecorromana, en la categoría hasta 51 Kilogramos. La jornada de competencia está programa para este viernes, a partir de las 10, en el Pabellón Asia del Parque Olímpico de la Juventud, ubicado en el sur de la ciudad.
Luego de superar varias etapas de selección, preparación y competencias, Lovera se ganó la única plaza de la modalidad disponible en el equipo olímpico nacional, con la medalla de bronce obtenida en el Panamericano de Cadetes en Guatemala, en mayo de este año.
Con el lugar asegurado, comenzó la recta final de la preparación. Junto a sus compañeros de equipo -David Almendra y Linda Machuca- y los entrenadores, participó de entrenamientos y competencias ante sparrings de calidad en Turquía, Rusia, Croacia, Río de Janeiro y Guadalajara, con el objetivo de ajustar detalles técnicos y tácticos para llegar a la gran cita en óptimas condiciones.
Sin embargo, el camino que recorrió Eduardo para llegar a Buenos Aires 2018 comenzó mucho antes. Formado en Misiones Luchas, la entidad que conducen los entrenadores Adrián Báez y Fabiana Vidal, llegó a los Juegos Nacionales Evita, donde se destacó no por una medalla o un resultado en particular, sino por la actitud.
“En esos Juegos luchó contra chicos que eran más grandes, es decir, que estaban por encima de su peso, y los entrenadores de la federación nacional me comentaron que les llamó la atención la actitud que puso sobre el colchón”, recordó Báez. De esa manera entró en el radar de la lucha nacional y comenzó el ciclo olímpico, atravesando las cuatros fases del Programa Buenos Aires 2018 del ENARD.
En 2015, junto a una delegación argentina de 15 atletas, viajó y compitió en Cuba. Ese mismo año, en Colombia, logró una medalla de plata en el Sudamericano Escolar. Luego, en 2017, se mudó a Buenos Aires para establecerse en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD). Siempre con el sueño olímpico como meta final, volvió a destacarse y obtuvo medallas de plata en el Panamericano de Cadetes (Buenos Aires) y en los Juegos Sudamericanos de la Juventud, en Chile.
A pesar de la corta edad, ninguna situación le hizo perder el foco. Una muestra de ello es lo que vivió en enero de este año. Durante un entrenamiento, una fuerte molestia en uno de los hombros le impidió realizar una gira de preparación por Europa. Ante la situación, que generó preocupación en familiares y sus formadores, viajó a Misiones, donde recibió atenciones para realizarse estudios y la rehabilitación, gestionados por el Ministerio de Deportes. Tras la recuperación, continuó con el proceso dejando de lado, incluso, a aquellos compañeros que participaron de esa gira.
“Técnicamente es ordenado, metódico, también muy estable emocionalmente, frío, no regala nada y la técnica que usa no es arriesgada”, expresó el entrenador Adrián Báez, definiendo la principal característica del atleta.
El viernes, en el Parque Olímpico, Eduardo sentirá toda la buena energía de sus familiares y entrenadores, a quienes el Ministerio de Deportes les brindó acompañamiento para que puedan viajar y estar ahí, bien cerca del colchón, presenciando cómo el sueño olímpico se hace realidad. El aliento llegará también desde la delegación de deportistas de la provincia que viajarán este jueves por la tarde a presenciar los JJ.OO, entre los cuales estarán Agustín García y Patricia Sosa, pares de “Edu” que también fueron parte de todo el proceso y estuvieron a un paso de lograr la clasificación.
Lucha Olímpica
La Lucha Olímpica es una de las competencias deportivas más antiguas, se practica con mucha intensidad y resistencia a la fuerza, con el objetivo de derrotar al rival sin el uso de golpes. Está formada por dos estilos, Libre y Grecorromano. En Greco, el luchador no puede utilizar las piernas ni atacar las de rival, es bastante trabada y normalmente se define en el suelo, sobre el colchón. Para ganar, el objetivo es hacer caer al adversario, manteniendo sus hombros fijos sobre el colchón, o por puntos, que se obtienen al demostrar superioridad ante el rival, haciéndolo caer, aunque no sea de espaldas, u obligándolo a salir del área de combate. Cada combate tiene tres tiempos de dos minutos cada uno, con intervalos de 30 segundos.
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