Hace 45 años esta pareja de maestros tuvo una idea mientras ejercían su rol en la escuela 539 Marcos Sastre, en un paraje llamado Picaflor, a 5 km de la zona urbana de Garuhapé; la de realizar una fiesta para unir a la comunidad.
Raquel fue parte de grupo de docentes entrerrianas que vinieron a Misiones, apenas recibidas, con el fin de alfabetizar. Raquel egresó de la carrera en Rosario del Tala y soñaba con ir a ejercer en el sur del país, pero sus amigas se adelantaron y vinieron a San Miguel, Garuhape- mí, municipio de Garuhapé. Ejerció la docencia en 66 al 72 en Garuhape-mí desde 1966 a 1972, allí conoció a quien es su esposo y decidieron venir a la zona céntrica, dando clases ambos en la escuela 372.
En el año 1977 se les planteó la necesidad de docentes en la escuela 539 Marcos Sastre y hacia allá se fueron. Ya con dos niños pequeños, se radicaron en la colonia y la escuela se transformó en su casa, su hogar.
Ser maestra significaba todo, no sólo enseñar, sino acompañar a las familias para que los niños estén en la escuela y valoren la educación, que amaran la escuela. “Organizábamos actividades fuera de horario escolar para conocernos y acercar a las familias, hacíamos venta de comidas, actividades recreativas, nos ayudaban y les ayudábamos, compartíamos la vida con las familias”. Juan Antonio recuerda que comenzaron a trabajar en la escuela Marcos Sastre en 1977 y desde ese día la escuela fue todo para ellos como docentes y como familia.
“En el año 1983, como parte de las actividades escolares hicimos el acto del día del agricultor en la escuela y días después se celebraba el día del maestro. Estábamos instalados en la casa que era designada a los maestros, al lado del edificio escolar, comiendo un asadito, celebrando nuestro día, mientras veíamos pasar a los colonos, y se nos ocurrió que debíamos festejar juntos, porque estábamos trabajando juntos por la educación de nuestros niños en la colonia. Así decidimos hacer una actividad en conjunto con las familias, por lo que convocamos a los padres a sumarse. El primer presidente de la cooperadora fue Antonio Baumgratz y el secretario Carlos Klein, quienes junto a los demás se pusieron en acción, planeamos hacer una gallinada. El viernes les recordé a los chicos: “todos los que quieran venir a festejar el domingo los espero acá en la escuela, pueden invitar a los vecinos también, vengan todos”. Con mi esposa pusimos el arroz e invitamos a los agricultores a que pusieran los pollos y verduras. Los niños se fueron a sus casas entusiasmados y nosotros expectantes esperando el resultado de la convocatoria. El domingo a las 7 de la mañana llegó el primer vehículo con 5 pollos carneados en un tacho y aparecían uno detrás del otro, a la noche salió una gran gallinada donde no faltó nadie. Trajeron de todo para acompañar, nosotros pusimos una cantina en el aula y afuera en el patio de tierra se armó el baile con la animación de músicos, ex alumnos de la escuela como los hermanos Baumgratz, los hermanos Khuhn, que trajeron acordeones y guitarras. Con la recaudación empezamos a mejorar la escuela y compramos un aljibe, a partir de allí la fiesta fue creciendo y se transformó en el evento del año para recaudar fondos y mantener la institución, pero por sobre todo para generar vínculos y unir a las familias”. La escuela y la fiesta se fortalecieron con la Comisión cooperadora, la comisión de madres, la comisión de ex alumnos, sintiéndose partícipes de la agenda y de la educación de sus hijos y gracias al apoyo de las familias y de la comunidad, se realiza cada año.
Así nació la Fiesta del Colono y del Docente, que ya lleva 40 años de vigencia, ya que los siguientes directores y docentes junto a las familias se ocuparon de mantenerla viva.
Juan Antonio agradeció a quienes siguieron y siguen con esta actividad, «agradecemos el reconocimiento a todos los que han pasado por esta institución, algunos ya no están físicamente, pero han hecho su parte por la educación y estamos agradecidos por eso, y resalto la importancia de conservar la historia de la escuela y de la comunidad y eso también ocurre en el marco de este evento”.
“Me pueden decir ex intendente, pero no me digan ex docente, porque maestro voy a ser siempre, porque soy maestro de vocación”.
Emocionado Juan Antonio nos cuenta algunos detalles de su intensa vida, principalmente esta que tiene que ver con lo que ama profundamente que es su profesión como docente. Es que a pesar de haber sido intendente de la localidad, su paso por la municipalidad no opacó este rol que es su pasión y vocación, la de ser maestro : “Me costó mucho llegar a ser maestro, provengo de una familia muy pobre, egresé en la primera promoción de la escuela 372 de Garuhapé y me iba en bici a la escuela a Puerto Rico y cuando llovía iba a caballo, porque la ruta 12 era de tierra y había mucho barro. A veces tenía que quedarme todo el día en Puerto Rico sin comer o con golpes de calor, aguantando porque yo realmente quería ser maestro. Fui docente egresado como alumno fundador de la Escuela Normal Superior N° 3, soy el primer maestro de Garuhapé”.
Así recuerda su formación como docente Juan Antonio Solís, hijo de un argentino, de oficio tarefero y montarás y una mamá paraguaya que no sabía ni leer ni escribir, pero que tenía la convicción de que el estudio era el camino para su hijo, quien cumplió el sueño de mamá, pero por sobre todo el propio, llegando a ejercer su primer cargo de maestro en la escuela donde aprendió a leer y a escribir, en su querida escuela 372.
Este domingo, ambos estarán en primera fila, como siempre disfrutando de la fiesta en su honor, la Fiesta del Colono y el Docente, en la escuela 539 Marcos Sastre y nos invitan a acompañarlos.
Betty Luckmann
Puerto Rico
ANG AGENCIA DE NOTICIAS GUACURARÍ
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