Una nueva emisión de Puentes Literarios que se emite por Radio Cadena Líder 93.7 entrevistó al escritor posadeño Rodolfo Fesler, también abogado y gran lector, quien relató sus inicios en la escritura que lo encaminó a convertirse en un gran cuentista.
«Creo que todos los que somos voraces lectores tenemos la tentación de escribir alguna vez alguna cosa. Y en mi caso, yo demoré muchísimo tiempo en hacerlo porque no me consideraba capaz de escribir al nivel o de las cosas que me gustaban leer», recordó el escritor Rodolfo Fesler, quien sentía aquel temor que todos los escritores tienen. Pero gracias al impulso de sus amigos pudo plasmar lo que quería expresar volcándolo a un cuento.
Autor de dos obras tituladas «La escuela de los amantes y Los Blancos dientes de la aurora». Rememorando sus inicios, en el año 1996 se le ocurrió escribir su primer cuento sobre un sacerdote jesuita en la época de las reducciones de las Misiones en que conoce dos formas de amor, el amor espiritual para el cual fue educado el que tenía vocación y el tipo de amor humano que puede existir entre un hombre y una mujer, y un enamoramiento en que se van entremezclando el platonismo y el erotismo por otro. Inspirado en algún título de la poesía árabe del siglo 13 del poeta Ibn Arabi, tomando el fragmento «Los Blancos dientes de la aurora» que lleva el título de uno de sus cuentos de colección.
Fesler se considera un gran lector, parte fundamental para expandir el conocimiento y base que hace a la formación de un escritor, cuya característica a resaltar es el requisito de escribir bien. «No sé si yo cumplo con eso, y es el de escribir bien. Nada más que escribir, tener una prosa pulida, prolija, sin ripios, sin rebuscamientos, sin lugares comunes. Y entonces cualquier lectura se vuelve una forma de placer o de goce estético, al margen del contenido», sostuvo el literato.
La literatura va más allá de lo que sentimos, percibimos u observamos y hay maneras de describirla. ¿Pero cómo definir a la literatura misionera? Para el cuentista es fantástica con historias maravillosas. Una expansión y una difusión mayor. Particularmente por nuestra situación geográfica, nuestra enorme influencia cultural de los pueblos originarios y los guaraníes y la colonización, y sobre todo de los jesuitas. Es decir, si hay algo que es típicamente misionero es porque es típicamente jesuita. Si hay algo típicamente misionero es lo guaraní, porque son los pueblos originarios de una selva llena de una increíble biodiversidad. Así que Misiones es algo para distinguir y glorificar con las letras porque es lo que permanece».
Mechy Ramirez – Puentes Literarios
INFO Radio Cadena Lider 93.7lrr325
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