Con la tradicional serenata, familiares, amigos y colegas homenajearon al gran Alcibíades Alarcón al cumplirse 37 años de su partida y conmemorarse el Día del Músico Misionero.
A 37 años de su fallecimiento, el artista musical y poeta misionero Alcibíades Alarcón, fue homenajeado en el cementerio La Piedad, donde descansan sus restos, en el marco de la conmemoración del Día del Músico Misionero, que justamente se instituyó a través de la Ley provincial 182/15, en honor a su querida e influyente figura.
En una mañana fresca y soleada, signada también por la celebración del Sábado de Gloria, se acercaron hasta el camposanto familiares y amigos del poeta Alarcón, junto a distintos funcionarios públicos, y numerosos músicos de diversos géneros, que cada año le rinden tributo con las tradicionales «serenatas» impuestas por la Comisión Permanente de Homenaje al Poeta Misionero ya desde hace 36 años, es decir, desde el primer aniversario de su deceso.
Uno de los referentes de dicha Comisión, Roberto «Polaco» Acosta, condujo las instancias del encuentro, y en una primera parte invitó a los presentes a escuchar la voz de Alcibíades a través de una grabación en la cual se lo oyó entonando una de sus canciones, y dando rienda a una serie de sentidas expresiones y recordaciones, entre ellas al gran cúmulo de amistades, colegas y compañeros de «musiqueadas» que tuvo en vida el gran Alcibíades: Adelio Suárez, «Pololo» Silva, Carlos Correa, Mario Campuzano, Flaco Alderete, Tucho González, el Dúo Morel-González y «muchísimos más».
Después tomó la palabra Juan Manuel Sureda, presidente de la asociación Flor del Desierto, un espacio que aporta al rescate y la puesta en valor de la figura de Andresito Guacurarí y de hechos históricos relevantes de nuestra tierra. «Tuve la suerte de conocer a Alcibíades. Él fue una gran inspiración para investigar la vida de Andresito. También tuve la fortuna de llevarle, junto a Pocho Méndez, Santiago Ramírez y el Negro Flores, lo que fue la última serenata. Hay que recordarlo siempre con alegría, como él quería. Para mi, fue el autor del himno del pueblo, Misionero y Guaraní» expresó Sureda.
Con presencia de su hijo «Kiko» Alarcón y otros familiares, se hizo entrega de la primera ofrenda floral en nombre justamente, del núcleo familiar, mientras que luego se depositó la ofrenda correspondiente a la organización Músicos Populares Misioneros (MPM), junto a las de las instituciones públicas como el Ministerio de Cultura de la Provincia, el Instituto Nacional de la Música y la Municipalidad de Posadas.
«Tengo muchas anécdotas de papá. Pero la siguiente lo pinta entero. Le habían invitado a tocar en el cumpleaños de una vecina del barrio, una familia muy humilde. Papá preparó la guitarra, dos botellas de vino blanco, dos sifones de soda, y fuimos. En un momento, la doña sacó una olla y se puso a hacer chipa amasada. Cuando pasó a invitar, yo dije no gracias, porque no tenía hambre. Al otro día, en casa, muy serio, papá me dijo que nunca tenía que rechazar nada, porque la gente brinda lo mejor que tiene para uno» contó, emocionado, Kiko Alarcón.
«Es un orgullo y una alegría estar compartiendo este momento aquí. En lo particular, el arte de Alcibíades me llega al alma. Y quiero además saludar y pedir bendiciones a todos los músicos misioneros en su día» expresó a su vez, el intendente de Posadas, «Lalo» Stelatto, quien estuvo acompañado por la recientemente designada secretaria de Cultura y Turismo, Belén Hernández.
En representación del gobierno provincial, acudieron el ministro de Cultura Joselo Schuap, colega y admirador de Alcibíades, y el vicegobernador Carlos Arce. También se hizo presente el músico y titular de la Secretaría de Estado de Cambio Climático de Misiones, Gervasio Malagrida.
«Para mi también es una figura muy especial Alciabíades» indicó el vicegobernador Arce, quien sumó otra anécdota referida al poeta: «alá por 1993, siendo joven y médico, me encontraba yo en Europa. Tenía que definir mi destino. Recuerdo que tenía un walkman, y escuché una tarde un cassette que tenía, donde estaba Misionero y Guaraní. Ese fue el momento en el que dije, dejo todo, me vuelvo a mi Misiones».
Más adelante, el gestor cultural y organizador del Encuentro de Escritores del MERCOSUR, brindó unas palabras y colocó a los pies de la tumba, la bandera de los 30 pueblos jesuítico guaraníes. En sintonía, el divulgador del idioma guaraní, Juan Ramón Fariña, dirigió unas estrofas en guaraní para el poeta misionero.
Por su parte, el ministro Joselo Schuap, saludó a todos los músicos misioneros en su día, ponderó la celebración y pidió que «Alcibíades, desde donde esté, nos ilumine y nos guíe para que nos unamos cada vez más; la cultura debe estar por encima de las grietas. Y él fue un hombre de la cultura, que dejó su música grabada en el corazón del pueblo misionero».
El músico Leo González, en tanto, ofrendó una interpretación de «Ndéve guarâ Santani», clásico compuesto por Federico Molas y Juan Galeano More, que Alcibíades Alarcón adoraba. A la serenata se sumaron Andrés González, con una versión de «El yasi yateré» (de Alcibíades) y luego el cantor Vicente Olguín, junto al maestro Carlos Costa en bandoneón, entregaron «Por un trompito y un tren», dejando para el final del homenaje, y en la voz de todos los presentes, la inolvidable «Misionero y Guaraní».
Prensa del Ministerio de Cultura
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