El Museo Provincial de Bellas Artes Juan Yaparí suma la experiencia de una profesional en restauración y conservación, para poner en valor su patrimonio cultural. Las obras trabajadas se irán exponiendo por lotes a partir de febrero.
Desde julio del 2021, la licenciada Estela Garma se encuentra realizando trabajos de restauración y conservación del patrimonio plástico del museo provincial de Bellas Artes Juan Yaparí. «Este es un desafío que nos planteamos durante la pandemia, cuando los museos estaban cerrados al público», explicó Laura Lagable, subsecretaria de Fomento que subroga la Subsecretaría de Revalorización Patrimonial y Museos. «Y como todos, empezamos por revisar la casa: poner orden, limpiar. Sólo que acá en el museo trabajamos con obras de arte, lo que lleva un cuidado especial. En ese sentido, vimos que había que sumar a una profesional del tema para que nos ayude a poner en valor todas las obras que tenemos, en lo que es la Colección de Arte del Yaparí», explicó. Esta colección del museo dependiente del Ministerio de Cultura está integrada por más de 300 obras pictóricas y escultóricas que datan de la década del 40 en adelante, provenientes de artistas regionales y nacionales.
Esa profesional resultó ser Estela Garma, quien, junto a su marido (Andrés Sansoni), son los únicos expertos con título específico para hacer este trabajo en la provincia: una licenciatura en Restauración y Museología de la Universidad de Ecuador, refrendado más recientemente con una maestría en Cultura Guaraní. «La verdad me siento muy feliz de poder colaborar con mi experiencia en el patrimonio misionero, y de alguna manera dejar mi impronta», aseguró la experta radicada en Corpus desde 2012.
Conservar o restaurar
Estela ya había trabajado en otras oportunidades con el patrimonio pictórico del museo, aunque en forma puntual. A partir de ahora espera dar continuidad a su tarea de forma sistemática. «Trabajamos coordinadamente con San Ignacio, porque allí hay un laboratorio muy bien montado. Allí se llevan las piezas más dañadas; son las piezas que hay que restaurar». Para eso, se cuenta con el apoyo del Ministerio de Turismo y la Subsecretaría de Gestión Estratégica. Tanto Garma como Lagable destacaron el trabajo sinérgico entre instituciones: «es un logro de la provincia tener ese laboratorio tan específico en un patrimonio mundial como son las Reducciones Jesuíticas. Por eso ahí llevamos las obras de intervención más compleja», afirmaron.
A la par, en el Yaparí existe un espacio específico para trabajar en lo que sea conservación. Toda intervención se realiza utilizando productos químicamente idóneos, que no provoquen modificaciones estéticas o físicas en el bien y posibilitando su reversibilidad cuando las circunstancias así lo requieran. Antes de iniciar cualquier trabajo se realiza un relevamiento y un fichaje de la o las obras. «En esta etapa tenemos 15 obras relevadas y actualmente estoy trabajando sobre dos, que más que nada requieren tareas de conservación», explica Estela.
La categoría de intervención Conservación implica acciones tendientes a hacer perdurar en el tiempo las características «buenas» del objeto y a revertir las «malas». Se refiere a todas las acciones emprendidas para reforzar estructuras, estabilizar físico-químicamente materiales y devolver los mecanismos funcionales propios del objeto. La conservación apunta a «devolver la buena salud de un Bien Patrimonial».
De acuerdo a la necesidad, el abordaje puede realizarse desde la obra misma o desde su estructura de soporte, que son los marcos, bastidores, etcétera.
La categoría de intervención Restauración aplicada a las obras patrimoniales implica acciones realizadas para devolver al Bien la «unidad estética de lectura», posibilitando la recuperación o mejora de la percepción de sus mensajes. Así incluye acciones como reintegración de partes faltantes o limpiezas químicas de policromías. Esta categoría tiene carácter excepcional y el criterio es siempre intervenir lo menos posible.
«Desde que llegamos a Misiones no paré de contribuir y aportar lo mío para al rescate del patrimonio misionero. Yo digo que vengo a descansar la mente, porque desde la parte estética este trabajo es bello. Y poder ser uno parte de la historia del lugar y del patrimonio es un privilegio», expresó Garma.
Exposiciones a partir de febrero
«El trabajo de puesta en valor de la colección de arte del Yaparí inició su camino en 2018, y en mayo de 2019 se inauguró la primera muestra del acervo del museo con unas 30 obras», relató Laura Revinski, titular del área de Museos. Cabe acotar que además del trabajo específico, Estela realiza permanentemente una capacitación con el personal del museo, brindándole conocimientos y técnicas para la manipulación, cuidado y almacenamiento de las obras. «Hoy podemos decir que el museo no es solo salas de exposición de obras, sino que hay profesionales atrás que están poniendo en valor nuestro patrimonio todos los días», finalizó Lagable. A partir de febrero, las obras que se vayan finalizando van a ser expuestas por lotes a la comunidad.
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