Bogado inició su relato en el 6 de abril de 1982, fecha en la que “desembarqué en Malvinas, nosotros no sabíamos dónde estábamos”, en el lugar notaron la escrituras en inglés y en el aeropuerto el oficial que nos recibió nos dijo “bienvenidos a Malvinas”.
“Para nosotros fue algo tremendo poder estar en ese lugar, no sabíamos qué nos iba a pasar más adelante y cómo pararnos frente a eso, las instrucción que teníamos era básicas, no teníamos la preparación y la edad para una guerra”, detalló Bogado y agregó que una vez tomadas las islas “creo que argentina no se esperaba que ellos –ingleses- iban a venir”.
Además resaltó que al llegar “nos dijeron que íbamos a estar quince días en custodia de las islas e íbamos a ser relevados, el primero de mayo estalló la guerra y nosotros estábamos ahí, ese momento fue algo tremendo lo que vivimos, las explosiones, los ataques aéreos y se apoderó de nosotros el miedo y el pánico, no sabíamos dónde ir o qué hacer”.
En la isla “comenzamos hacer pozos de trinchera, llamados pozo de zorro, y cada uno lo hacía a sus manera”, cuando se vino el primer bombardeo ingles “gracias a Dios no estábamos nadie en la trincheras porque al otro día cuando fuimos estaba enterrada nuestro pozo de zorro” y tuvieron que aprender sobre el combate en el “día tras día”.
El efecto del pánico hizo que muchos soldados salgan corriendo siendo alcanzados por la artillería enemiga, “muchos murieron así, estar en un lugar y saber que te van a matar, uno por un instinto que tiene busca salvar su vida”.
Al terminar la guerra “un avión que nos trasladaba a Misiones no pudo llegar por la inclemencia del tiempo y nos dejó en Chaco, desde ahí vinimos a dedo a la provincia porque no teníamos con qué venir”. Llegaron a Posadas, Bogado y Enrique Nuñez en un camión y hasta San Pedro “le pedimos a un colectivero que nos lleve porque no teníamos como pagarle”, el chofer los dejó en San Vicente debido a que la ruta de tierra era imposible por el mal estado en el que se encontraba luego de la lluvia y “desde San Vicente a San Pedro nos vinimos caminando” mientras hacían dedo a los vehículos que pasaban.
Al llegar a la localidad “vimos un vacío, uno se imaginaba que llegábamos de una guerra y nos recibían con un cartel de bienvenida y esa ignorancia y olvido del pueblo fue durante diez años, recién en 1992 se sacó una ley nacional”.
“Una guerra es la peor decisión que toma un país, las secuelas quedan y hasta hora tenemos secuelas, cuando llegan esta fecha vienen los recuerdos y se piensa en los compañeros que perdimos, en el sufrimiento que tuvieron después los soldados”, sintetizó.
Elias Sonma / Leonardo Settecase – REC MULTIMEDIOS
San Pedro
ANG – AGENCIA DE NOTICIAS GUACURARÍ
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