El gobernador misionero, Hugo Passalacqua, expresó su preocupación por la situación actual de los pequeños y medianos productores yerbateros, que ante la desregulación del precio de la materia prima, sufren ante una competencia desleal contra los grandes molinos.
El mandatario provincial hizo pública la carta que le envió a las autoridades nacionales competentes, alegando que «en Misiones 13.500 familias yerbateras se han visto afectadas por la liberación del precio de su materia prima», y ante esto «es nuestro deber como Gobierno defender al corazón productivo de Misiones. Tocaremos todas las puertas necesarias para revertir esta angustiante situación que atraviesan nuestros pequeños y medianos productores y cooperativas».
Asimismo, Passalacqua cuestionó la importación por parte de países vecinos como Brasil y Paraguay, señalando que «asesta al sector un golpe del que nos llevará décadas recuperarnos». También defendió los «estándares de calidad altísimos» que posee el producto nacional, ya «que es nuestra obligación cuidar y así sostener mercados conquistados en el mundo, garantizando una producción responsable y un consumo saludable a toda la población».
«Por todo esto, seguiremos defendiendo el cuidado del cultivo de la yerba mate, que es parte de nuestra más profunda identidad provincial y nacional», concluyó.
CARTA COMPLETA ENVIADA A LA NACIÓN
Me dirijo a usted a los fines de hacerle llegar mi profunda preocupación en relación con la economía del sector yerbatero que, a raíz de la desregulación del valor de mercado establecida mediante el DNU 70/23, se vio afectada de una manera impensada. Es por eso que quiero expresarle los motivos que nos aquejan como sector productivo, afectando a pequeños, medianos y grandes productores de esta economía regional que sustenta a la mayoría de los habitantes del noreste argentino, como ser:
◦ Estándar de calidad
◦ Salubridad
◦ Capacidad productiva (stock)
◦ Riesgo de pérdida de mercados internacionales
◦ Prestigio de nuestro suelo
◦ Equilibrio de mercado (oligopsonio)
Uno de los principales motivos que mantiene en vilo al sector es la importación de materia prima proveniente de nuestros países vecinos (Brasil y Paraguay), ya que sus estándares de producción difieren de los establecidos en nuestro país y, por ende, el producto final obtenido no responde a la calidad esperada. Esto se debe principalmente a la presencia de metales pesados en el suelo que, según el estudio de riesgo que se hizo desde el INYM, demuestra que la yerba que proviene de Brasil y Paraguay contiene altos niveles de metales pesados, que superan los límites internacionales para la exportación. Para ser más claro, el mismo Código Alimentario Argentino en el artículo 1193 y subsiguientes, define y determina las características que debe tener la yerba mate, estableciendo los distintos parámetros de hoja, palo, polvo, humedad, semillas, entre otros. En el artículo 1195 tris se establecen las especificaciones microbiológicas y metodologías para analizar la presencia de E. Coli, Bacillus Cereus y Salmonella.
Además de las distintas normativas determinadas por la Legislación Argentina, la resolución número 12/11 del Reglamento Técnico del Mercosur sobre límites máximos de contaminantes inorgánicos en alimentos, establece como parámetros para la Yerba Mate un máximo de Arsénico 0,60 mg/kg, Plomo 0,60 mg/kg y Cadmio 0,40 mg/kg. Aclarando en la Parte 1, punto 1.3, lo siguiente: «Los niveles de contaminantes inorgánicos en los alimentos deberán ser lo más bajo posible, debiendo prevenirse la contaminación del alimento en la fuente, aplicar la tecnología más apropiada en la producción, manipulación, almacenamiento, procesamiento y envasado, a fin de evitar que un alimento contaminado sea comercializado o consumido».
A raíz de este hecho, considero que es un riesgo enorme traer esa yerba de Brasil y de Paraguay, para ponerla en los paquetes nacionales nuestros y que sean exportados. Además, corremos también el riesgo de romper el equilibrio de nuestro mercado, teniendo en cuenta que la yerba mate es un producto que se tiene que estacionar durante un año. Quebrar ese equilibrio puede ocasionar un daño posterior que nos demandaría hasta una década para volver a recuperarlo. Es decir, importar yerba irresponsablemente puede generar un daño sin precedentes en la economía regional, teniendo en cuenta Que el comercio de la yerba es muy inelástico, ya que se consume el 90% dentro del país y solamente se exporta el 10%.
Los últimos años se viene trabajando fuertemente para mantener ese equilibrio, con el fin de sostener un stock de ocho o nueve meses para que se produzca lo que se vende.
Los distintos establecimientos productores elaboradores radicados en la Argentina son permanentemente fiscalizados por las autoridades municipales, provinciales y nacionales. Esto se da a fines de resguardar la salud de los consumidores, haciendo cumplir las distintas leyes y resoluciones que garantizan la calidad y salubridad de la yerba mate.
Lamentablemente, aprovechando la política macroeconómica, distintos importadores impulsados solamente por un afán de lucro desmedido, compran yerba mate en Paraguay y Brasil, evitando los controles sanitarios mediante distintas artimañas. De esta manera, ponen en riesgo la salud de miles de consumidores también en los mercados internacionales, ya que se exporta esta yerba como si fuera argentina, aprovechando el prestigio que tiene la misma por su calidad en la producción nacional.
Por último, pero no menos importante, es necesario destacar que el mercado yerbatero es un mercado imperfecto, un oligopsonio, donde encontramos en un extremo a alrededor de 13.500 productores, y en el otro extremo a solo 100 molinos compradores, es decir, apenas un 7%. Si profundizamos el análisis, 10 molinos venden más del 80% del total de la producción. En otras palabras, los compradores representan solo el 1% sobre la cantidad de productores registrados. Esto hace que compren en forma cartelizada eliminando así la posibilidad de un libre comercio. Esta posición dominante de un grupo de empresas requiere la intervención del Estado, el único que puede garantizar una mayor competencia para los productores y aliviarles la posición de desventaja en la que se encuentran, más si tenemos en cuenta que la tarea que realizan es muy laboriosa y abnegada. La historia nos ha enseñado en reiteradas oportunidades que el mercado yerbatero no tiene la capacidad de regularse por su cuenta sin afectar directamente al productor, el eslabón más vulnerable de la cadena, empujándolo a la precarización y dando por perdidos todos los avances que se logran en cada intervención del Estado. Con el objetivo de resguardar la salud de los consumidores, los mercados internacionales, que llevaron décadas desarrollar, como así también la industria nacional y las condiciones de libre mercado y competencia, considero imperioso y urgente que las autoridades nacionales controlen y prohíban el ingreso de la yerba mate que no cumpla las normativas argentinas y del Mercosur. Por todo lo expuesto, solicito tenga a bien considerar estas problemáticas que hoy acechan al sector yerbatero, las cuales afectan directamente a la economía y prestigio de nuestra región, como así también a miles de familias trabajadoras que viven de esta actividad. Como misioneros, el cultivo de la yerba mate es parte de nuestra identidad y su historia es la nuestra, representa la pujanza, el sacrificio y las costumbres que nos unen como sociedad.
Sin otro particular y a la espera de una pronta respuesta favorable. lo saludo con cordial distinción.
#ANGUACURARI
ANG Agencia de Noticias Guacurarí
Dirección y Coordinación Walter López
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