El desgano y la baja participación como respuesta a una grieta que no aporta nada a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.
(*) Por Nicolás Marchiori
En lo que va de este año 2021, se han celebrado cuatro comicios locales en todo el territorio nacional. El coronavirus generó una novedad en el ámbito electoral de consecuencias hasta ahora imprevisibles para las diferentes fuerzas políticas. En las cuatro experiencias provinciales (Misiones, Jujuy, Salta y Corrientes) hay un denominador común: la baja participación ciudadana. En todos los casos, ahora se viene repitiendo una tendencia negativa con respecto al nivel de votantes. El ausentismo electoral sufrió un salto de entre 7 y 19 puntos porcentuales respecto a las elecciones anteriores inmediatas (2019).
Si bien pareciera, claramente, que la causa de éste fenómeno pareciera ser la situación sanitaria desencadena por la pandemia del Covid-19, también es cierto que se observa un marcado desinterés y bronca de la ciudadanía contra la gestión del gobierno nacional.
Para Shila Vilker, Directora de la consultora política Trespuntozero, “las elecciones provinciales que se vienen desarrollando en el 2021 dan la pauta de que es muy posible que en estas PASO nacionales la participación pueda ser menor que la de otro años.”
Consultada acerca de los factores que influyen en este contexto, consideró el escaso clima electoral y también las dificultades que todavía tiene una parte significativa del electorado respecto de la oferta y de los motivos para el voto.
En una reciente entrevista realizada por Ambito.com el investigador del Conicet y profesor de la Universidad de San Andrés, Diego Reynoso sostuvo que el contexto de pandemia y su incidencia económica provocan malestar social y bronca con el sistema, lo que se puede canalizar en la abstención de un sector del electorado, esto es, no yendo a votar, y también se puede dar un aumento del voto en blanco. Es menester recordar que en las últimas elecciones celebradas en Salta un 12% voto en blanco.
Por su parte, el politólogo Gustavo Marangoni, afirmó que “a las elecciones de Misiones y Jujuy habría que ponerla entre paréntesis, porque se hicieron cuando las cifras epidemiológias eran preocupantes, pero la de Salta muestra un fenómeno que merece ser atendido.”
Lo que se viene dando en la Argentina no es ajeno a una tendencia que se ha replicado en los Estados Unidos y en varios países de Europa, cuando la gente tiene bronca vota en blanco o no vota, pero no traslada su voto a espacios opositores.
Existe un gran nivel de apatía del electorado argentino. Lo confirman la contudencia de los números de relevamientos realizados en un estudio nacional por la consultora Zuban-Córdoba: el 64,2% de quienes votarán afirman que las campañas electorales “no le generan nada”, a un 35,7% no le produjeron nada los contenidos electorales vistos, a un 21,4% le parecieron aburridos y a un 19,4% que le parecieron indignantes.
Existen grandes coincidencias por parte de los investigadores y consultores políticos respecto a que la presente campaña se ubica en la cima de las peores campañas desde el retorno de la democracia, por la falta de propuestas, el nivel extremo de confrontación y lo más grave, por la gran disociación reinante entre la clase política y la sociedad. A nivel nacional se observa que la ciudadanía se siente ajena a la política y que esta no le resuelve sus problemas.
Lo que se puede observar a lo largo del país es que los votantes opositores más intransigentes al Gobierno Nacional muestran mayor voluntad de participación, es decir que están esperando la elección para expresar su voz, lo que podría beneficiar a Juntos por el Cambio.
El panorama en Misiones.
El pasado 6 de Junio se pudo observar en Misiones la adhesión popular con determinación y confianza a un modelo de gestión exitoso que ha logrado sortear la crisis generada por la pandemia del Covid-19 poniendo al misionero como centro de todo.
Los resultados arrojados por los comicios provinciales del pasado 6 de Junio dieron un claro mensaje a toda la dirigencia política: el Pueblo Misionero está por encima de la grieta. La eterna discusión amigo/enemigo, buenos/malos, instalada por los partidos de anclaje nacional (Frente de Todos y Juntos por el Cambio) recibió un fuerte rechazo de la ciudadanía que se volcó en su mayoría a apoyar a la propuesta del Frente Renovador de la Concordia Social que demuestra una mirada superadora de aquellas estériles disputas que terminan olvidándose del verdadero designio del soberano que es defender los intereses del pueblo.
La Renovación fue la única fuerza política que incrementó su caudal de votos respecto de las elecciones de medio término anterior (más del 46% de los votos), en contraposición a Juntos por el Cambio que fue quien sufrió la mayor fuga de votos respecto al año 2017, representando más de 6 puntos porcentuales, y al Frente Encuentro Popular, Agrario y Social para la Victoria (la versión local del Frente de Todos) que pese a contar con el poderío económico del aparato estatal nacional con organismos como Anses, Migraciones y la Entidad Binacional Yacyretá, no pudo mejorar su performance electoral quedando por debajo del 15%.
(*) NICOLAS MARCHIORI – Abogado. Diplomado en Manejo de Crisis. Posgrado de Especialización en Comunicación de Gobierno y Electoral. Becario de la Fundación Konrad Adenauer.-
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