
Eduardo Balero Torres lleva publicadas -hasta el momento- cuatro obras literarias y es un autor que se destaca en la región por haber editado sus libros de manera conjunta en nuestro país y en Paraguay.
El próximo y quinto libro de Torres “Espíritu de la Selva” ya está en proceso de impresión y desde la editorial estiman que estará listo para mediados del mes de octubre.
El cuento como forma estética no es un género sencillo de abordar. Y el buen lector pone una buena medida de expectativas al abrir un libro de cuentos.
Abelardo Castillo dijo: “un buen cuento es una historia contada de la única manera posible”, coincido profundamente con esta afirmación y creo que Eduardo contó eso que lleva en su corazón de la única manera posible.
Y la expresión “en su corazón” no es casual, al transitar sus relatos se asiste a profundos mensajes de alguien que ha atravesado y sido testigo de grandes injusticias, exuberantes bellezas y magníficas aventuras sin salir indiferente de ellas.
Hay una acción deliberada en el autor que pulsa hacia las fibras del buen lector. Con su pluma, provoca risas, nostalgia, enojo y una profunda sensación de que se está frente a realidades tan normalizadas como obsoletas.
Existe una igualmente profunda cualidad de compromiso en quien no puede más que compartir su empirismo tomando distancia de relatos con atributos meramente anecdóticos, y ese es Eduardo.
La realidad y la ficción forman un cautivante cóctel que nos deja gravitando en la posibilidad de que todo haya ocurrido o esté ocurriendo en ese mismo instante.
Lo más ordinario adquiere un valor extraordinario cuando se transita por algunas líneas de propósito descriptivo que juegan a ser poesía.
En los cuentos de este libro, las más insólitas conductas de algunos animales se asemejan en un profundo paradigma a la de los humanos. Un sentimiento tan insustituible y soberano como el del amor se ve obstaculizado por personajes viles que son fácilmente asequibles en el mundo real. Hasta la teoría de una mercantilización de la dignidad toma partido para hacer que el lector libre una batalla con sus mas profundas convicciones. Todo esto, sin el intento del autor, de colonizar intelectos.
Sería un error afirmar que los diez cuentos que conforman este libro mantienen una línea temática o discursiva monocorde. Cada relato es una sorpresa, pero puede decirse con toda seguridad que lo que tienen en común es una necesidad de escudriñar en la naturaleza humana, de poner en valor todo aquello que nos ha sido dado y cuestionarnos el tratamiento que le damos a eso que nos parece natural.
Eduardo, además, en su profundo conocimiento como ingeniero agrónomo, nos ofrece una nueva mirada hacia la naturaleza donde la ciencia explica mucho de lo inexplicable.
El mérito de un prólogo es ofrecer una mirada de lector frente a las hazañas del escritor. Como tal, puedo decir que los cuentos contenidos en este libro cubren ampliamente las expectativas de quien se sumerge en sus páginas.
Prólogo de Belén Silva, actual presidenta de la Sociedad Argentina de Escritores filial Misiones.
#ANGuacurari
Edición: Domecg, Ana Lía
ANG – Agencia de Noticias Guacurarí
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