
San Pedro. Desde 2023 se desarrolla en el municipio el proyecto “Restaurando la Selva Misionera para la Naturaleza y la Gente”, una iniciativa que busca recuperar áreas degradadas, fortalecer la producción sustentable y mejorar la calidad de vida de decenas de familias productoras. El plan es liderado por la Fundación Vida Silvestre Argentina y cuenta con el acompañamiento técnico del INTA San Pedro, el respaldo institucional de la Municipalidad de San Pedro y el trabajo articulado de la Secretaría de Desarrollo Rural y Medio Ambiente.
La propuesta surgió luego de estudios ambientales que identificaron como prioritaria de intervención la franja comprendida entre Cruce Caballero y Piñalito, una zona estratégica por su ubicación entre la reserva privada (ex Arauco), el Parque Provincial Piñalito y propiedades de Forestal Belga. En este territorio viven y producen numerosas familias que hoy forman parte activa del programa de restauración.
En tres años de implementación, el trabajo alcanzó a 93 familias productoras distribuidas en Colonia San Miguel, Colonia Alegría, Tobuna y Colonia Tacuaruzú. Solo en 2023 fueron 24 familias, en 2024 se sumaron 31 y en 2025 ya participan 38. La iniciativa se organiza en cinco grandes líneas de acción: el enriquecimiento de montes degradados con especies nativas; la implantación de macizos en zonas sensibles como bordes de arroyos o pendientes empobrecidas; la instalación de sistemas agroforestales que combinan yerba mate con árboles nativos; el acceso al agua segura mediante la protección de vertientes, reservorios y bombeo; y finalmente el fortalecimiento productivo, que incluye apoyo técnico, insumos y asesoramiento para diversificar o mejorar la producción elegida por cada familia, desde horticultura y apicultura hasta cría de cerdos y aves.
Detrás de cada una de estas acciones se encuentra un entramado de instituciones que sostienen el proyecto. La Fundación Vida Silvestre Argentina lidera y financia la iniciativa, proveyendo insumos, plantines, materiales para vertientes y contratando servicios como el uso de tractores para subsolado. El INTA San Pedro aporta su equipo técnico especializado, especialmente en el diseño y manejo de sistemas agroforestales, conservación de suelos, producción yerbatera y diversificación productiva. La Municipalidad de San Pedro, desde el inicio, brindó un fuerte respaldo institucional y logístico, destinando recursos humanos a tiempo completo y parcial, además de garantizar el uso de camiones y maquinaria pesada para traslado de insumos. Y a ello se suma, con un rol cada vez más protagónico, la Secretaría de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, que asumió la responsabilidad de acompañar en territorio a los productores, articulando con INTA y Fundación Vida Silvestre para que cada etapa se cumpla con eficiencia.
Ese trabajo articulado se expresa en acciones concretas: la distribución de calcario para yerbales, el subsolado de chacras, la instalación de sistemas de agua segura o el seguimiento técnico en cada producción. En este proceso, el equipo local encabezado por Jonathan Villalba y Omar Manosky cumple un rol central, coordinando la implementación territorial y manteniendo la comunicación permanente con la Fundación, el INTA y la Secretaría. Como remarcaron desde la coordinación, “sin el aporte del INTA, de la Municipalidad y de la Secretaría de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, los logros alcanzados no hubiesen sido posibles”.
De este modo, el proyecto no se limita a restaurar el ambiente, sino que persigue un objetivo más profundo: instalar un modelo de producción sustentable, en el que el desarrollo económico de las familias rurales se logre en armonía con la selva paranaense. Se trata de producir sin dañar, de crecer cuidando el entorno natural y, al mismo tiempo, mejorando la calidad de vida de los productores.
En la actualidad, se desarrolla además una etapa centrada en el acceso al agua, que beneficiará a las 38 familias participantes durante 2025, asegurando que cada hogar rural disponga de agua segura y suficiente para sus necesidades cotidianas.
La experiencia de San Pedro demuestra así la importancia de la articulación público-privada. Fundación Vida Silvestre, INTA, Municipalidad y Secretaría de Desarrollo Rural y Medio Ambiente lograron consolidar una alianza estratégica que coloca a los productores en el centro de la acción, con resultados palpables tanto en conservación de la selva como en el fortalecimiento de la producción y el bienestar comunitario.
Andrés Gomeñuka
#ANGuacurari
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